El necesario equilibrio entre recolección masiva de setas y micoturismo

Las últimas lluvias del mes de agosto presagiaban un adelanto en la campaña micológica. Apenas amanecía septiembre, y en varios medios de comunicación ya se hablaba de una excelente temporada. Había llovido cuando no solía hacerlo, y era argumento suficiente para pronosticar todo un monte plagado de setas.

La bola fue creciendo, y varios expertos ya adelantaron que tendríamos una buena campaña. Se puso en marcha la maquinaria, y la gente comenzó a echarse al monte seguros de poder recoger las primeras setas, una afluencia que se dejó notar más durante los fines de semana, en montes de Pinares.
El adelanto no fue tal. El monte tenía una pinta excelente, pero las bajas temperaturas,- las nocturnas principalmente-, helaron la cosecha, obligando a retrasar las primeras recolecciones. Para ese momento, ya los aficionados a la seta habían sacado licencia, equipado sus aperos y tenían presencia diaria entre praderas y valles de la masa forestal.
“No les dejan ni salir”, espeta un avezado setero, molesto por la presencia de tanta gente y coches entre pinos, robles y caminos. Y es que entre los oriundos y gente vinculada al pueblo corre la convicción de que se está masificando el aprovechamiento de este recurso, pues debería de regularse más, y que los permisos por sí solos no frenan esa entrada de aficionados que supera las posibilidades productivas de estos territorios.
Desde Asociaciones micológicas  como la de Navaleno y medios de comunicación como Tu Voz en Pinares estamos haciendo una gran promoción para situar a esta zona  como uno de los territorios más privilegiados en la micología. Nuestra intención es que la gente que venga aquí valore la excelencia de un paseo por el monte conociendo el ambiente en el que crecen las setas, que puedan comer o cenar en un restaurante donde sirven platos con setas cocinados de forma excelente, el disfrute de alojarse en una de las muchas casas rurales, hoteles u hostales del territorio Pinares, de Burgos y Soria. En definitiva, que el visitane llegado en estas fechas diga: "¡Qué bien he estado, tengo que volver!. 
El micoturismo uno de los pilares básicos en esta época del año para los pueblos de Pinares, El Valle y La Demanda.  Hay vecinos de la zona que recuerdan con nostalgia las temporadas en que llenaban grandes cestos de mimbre, sacos, bolsas y el maletero del coche con boletus y níscalos. Esto no va a volver, y no sólo por una mayor presencia de gente en los montes, sino por haber cambiado la climatología, normativa,  necesidades, compra-venta...
Ese efecto llamada para que el público encuentre su destino en estos lares, debe de estar justificado. La gente ha de venir a coger setas, pero también ha dejar dinero, y eso será básico para mantener los servicios que se han venido ampliando hasta la actualidad.
 Encontrar el equilibrio entre esa presencia masiva en los montes, y un aprovechamiento ordenado son básicos para que el recurso tenga rentabilidad en el presente, y que se conserve y progrese en el futuro.