Necesitamos aumentar los servicios de la línea de autobús Burgos-Soria y no justificar las supresiones
Nos preocupa la progresiva pérdida de servicio de autobús en estas últimas décadas para los vecinos de la comarca de Pinares, y que nos une con las ciudades de Burgos y Soria.
En estos años ha habido un descenso claro y notorio de la población censada,-y que habita-, los diferentes núcleos de este territorio. A menos pobladores, menos viajeros. A ello, hay que sumar el progresivo aumento de los vehículos propios, con los que llegamos en un menor tiempo al destino y sin tener que ajustarnos a un horario determinado.
La línea de autobús Soria-Burgos es deficitaria. La Junta de Castilla y León aporta 300.000€ a la empresa concesionaria para compensar la falta de los viajeros que harían viable los trayectos. Son 40 millones de euros los que se destinaron desde el gobierno regional a las empresas concesionarias de servicios de autobús en Castilla y León durante el pasado año.
A pesar de lo abultado de las cifras, desde las dos ciudades hay días de la semana en los que se dispone de dos servicios a la comarca pinariega, de mañana y tarde; hay otros con sólo el servicio de mañana; y los sábados no hay ningún servicio.
Según explicaba María González, la consejera de movilidad de la Junta, a la pregunta de Soria YA, no hay una necesidad entre la sociedad de disponer de ese servicio los sábados. Ella mostraba su orgullo por la política que está desarrollando el gobierno regional frente al Gobierno nacional que prima más el interés económico que el social, según sus palabras.
No entiende la consejera que no es tan importante el dinero que se destina como la planificación y uso que se hace con estos fondos. Si esta ruta de transporte no sale a licitación desde hace 27 años, y hay una reducción de servicios evidente, hay algo que no se está haciendo bien. Es necesario un seguimiento constante, una reprobación de decisiones como la que tuvieron el pasado año con el adelanto de la salida del servicio desde Burgos por Covaleda a las 13 horas, y una exigencia de la prestación durante todos los días. Cuanto más se reduzcan los servicios de autobús, menos gente va a sumarse a esta ruta de transporte en autobús. Y así entramos en una espiral, hasta que acabe por desaparecer el servicio.
La empresa no pierde dinero, pues si así fuese ya habría abandonado la concesión. La Junta debe exigir por lo tanto que se ajuste a lo pactado, y que no adopte decisiones unilaterales. Los cambios deben de estar más justificados por las tendencias de los usuarios que por los intereses de la empresa, moviendo a los operarios a otras rutas más frecuentadas.
Si hacemos más atractiva la ruta, con más servicios a lo largo de la semana, más comodidad en los autobuses y mejores dotaciones, estaremos fomentando un transporte por el que apostaría buena parte de quienes se mueven por el trayecto, dejando aparcados sus vehículos particulares. Lo contrario es lo que estamos viviendo ahora.