Saltó la alarma en el Centro de Salud ubicado en Quintanar de la Sierra con motivo de la guardia
del Día de Nochebuena. No era un tema nuevo, pues en el de San Leonardo se arrastra desde hace años
la carencia de profesionales de guardia, y se ocurren dos urgencias al mismo tiempo en un territorio
tan amplio como el que cubre, una de ellas se debe dejar sin atender, como han denunciado vecinos de
Espejón.
Ha sido admirable la reacción rápida y unida de los ayuntamientos de pueblos con vecinos incluidos
en el Centro de Salud de Quintanar,. Se hizo de forma tan efectiva, contundente, y en unión plena, que
no había cabida para otra salida que no fuera conservar la guardia.
Esta unión y rápida reacción se ha vuelto a poner de manifiesto en la última alarma, con la reducción de
profesionales debido a las vacantes planteadas
Desde la Consejería de Sanidad se pide a partidos y colectivos un gran pacto por la sanidad
en Castilla y León. Estupendo. ¡¿Por qué no empezamos por optimizar los recursos?. Me temo que
el problema no es sólo comprometerse y pactar; sino ser conscientes de la realidad con la que contamos.
La población cada vez está más envejecida en las zonas rurales. Si estos habitantes no les damos un
servicio sanitario permanente, lo que estamos provocando es que también los mayores abandonen
los pueblos.Si dejamos sin medico de guardia, cerramos consultorios y no atraemos a especialistas la
sanidad cercana se cuestiona y el sistema hará aguas desde su base. Desde los despachos de Valladolid
tienen que ver unión,. Es necesario agrupar fuerzas. No tener fisuras, y presentar el problema
como una carencia vital. Si de verdad se apuesta por las zonas
rurales, el tema sanitario debe de estar solucionado de antemano, en perfecta coordinación con los hospitales,
y habilitar urgencias con servicios, huyendo de la división provincial y la territorialidad de los
centros de salud. Todos hemos de trabajar al unísono, y optimizar al máximo los recursos de los que se
disponen.
Esta unión es la que podríamos también usar para luchar contra los continuos robos que se están
cometiendo con sorprendente descaro a plena luz del día o en viviendas habitadas. Entendamos
que si cada asociación, pueblo, ayuntamiento e incluso comarca va por su lado, sin compartir el problema,
el resultado no nos traerá sorpresas. Por desgracia, se nos sigue valorando como números dentro de un cómputo global de empadronados. Ahí no tenemos nada que hacer. Como personas y territorio, que merece
unos servicios dignos, sí, y esto lo debemos imponer.