Los propietarios de las masas forestales, cada vez más alejados de las decisiones sobre el monte
La inversión económica que se acomete en Lubia para potenciar las Brigadas Forestales, y que alcanzará los 4,3 millones de euros, vuelve a marginar a la comarca pinariega para acoger estos centros directamente relacionados con el trabajo y la protección de la riqueza forestal.
Insisto en lo de ‘vuelve’ puesto que, con la eliminación en 2010 de la avioneta en la Base de El Amogable, la Junta nos dejaba sin un servicio primordial, que ha vuelto a ser reclamado este año en las Cortes Regionales por Soria YA, en una petición que tiraban por tierra representantes de los dos partidos que gobiernan actualmente la institución regional.
Creo que estaría más que justificada la presencia de la avioneta en una extensa pista en medio de la masa forestal continuada más extensa de Europa y a la que constantemente tenemos que mimar, puesto que ponerla en peligro puede suponer una imprudencia de grandes consecuencias.
No es la primera vez que perdemos posibilidades para albergar centros estrechamente relacionados con el sector forestal. En el curso de 1969-1970 comenzó a funcionar la llamada Escuela de Capataces Agrícolas y Forestales en Almazán. Por allí han pasado muchos de los agentes forestales que han desarrollado su labor en la comarca pinariega. Y esa formación debería haber tenido su sede en esta zona de Pinares de Burgos y Soria. Otro tren perdido.
Si las inversiones no llegan, los incendios ya nos han dado prueba de su virulencia. Se cumple ahora el primer año del devastador incendio de la comarca del Arlanza que nos ha dejado una secuela de incumplimientos, promesas que se ha llevado el aire y la sensación de engaño entre vecinos y representantes de los pueblos más afectados por las llamas.
Y mientras nos alejan los medios para luchar contra los fuegos, no se realizan trabajos para prevenir las llamas de verano. Los trabajos de limpieza de los montes están ausentes en una gran parte del territorio forestal, y lejos de prevenir, con la consiguiente generación de empleo por estas tareas, lo que se hace desde el minuto O del sol de verano es prohibir las barbacoas, hasta las de las chimeneas matachispas que ofrecen un aliciente al aprovechamiento del entorno y suponen una importante demanda para las carnicerías y comercios de alimentación de la comarca.
En 2022 la alcaldesa de Santibáñez mostró su malestar por no haber dejado actuar a los vecinos, y hacer frente a las llamas en una primera acción que ayudase a cortar el itinerario del fuego. Y es que no se consulta, ni se dan explicaciones. No se sondea a los propietarios de estos montes y términos.
Me da la sensación de que quien gestiona los montes está más interesado en salvar su pellejo que en preservar esta gran riqueza para la sociedad. Espero equivocarme.