Apunten: queremos una solución y la queremos ya. Arreglen la variante de Salas de los Infantes
Hace apenas un mes, la noticia salía en todos los medios de comunicación provinciales y regionales. TuVozenPinares, como no podía ser de otra manera, daba también la voz de alarma. Se volvía a cortar la Nacional 234 en la entrada a la ciudad milenaria de Salas de los Infantes. Y todo para volver a parchear (por llamarlo de alguna manera) un tramo de carretera que alcanza los tres kilómetros y medio. Pues bien si uno se toma la molestia de acudir al diccionario podrá observar que parchear significa simplemente poner “parches”. Si además, uno va un poquito más allá y busca el significado de “parche” obtiene la siguiente definición: Un parche es un trozo de tela, papel. Plástico u otro material flexible y resistente, que se pega sobre una superficie para tapar un agujero o una rotura. Por eso, mi reflexión es la siguiente: ¿Cuántos parches habrá que seguir poniendo en ese trozo de la variante de Salas para solucionar este problema? Porque así llevamos muchísimos años. Tiempo en el que vemos, por desgracia, que nada se soluciona. Años de un abandono total por parte de las instituciones. Años en los que entramos y salimos de Salas nos estamos literalmente jugando la vida. Hace apenas un mes el ayuntamiento de Salas emitía una nota informativa para que los vecinos supieran de las obras en el tramo. Aun así, el alcalde Francisco Azúa ya avisaba de que no debíamos hacernos ilusiones. Y desde luego con esta afirmación acertaba de pleno. Lo cojonudo de todo es e que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana es “consciente del estado del firme en ese tramo”. Así lo reconoció en una respuesta parlamentaria a los senadores Javier Lacalle y Cristina Ayala. Eso sucedió en noviembre de 2020, cuando aseguraba que se estaban “llevando a cabo las actuaciones técnicas preparatorias de una actuación más global en toda la variante para eliminar los deterioros existentes”. Una actuación que se estima tendrá una inversión de 3,5 millones de euros. Desde entonces, nada ha cambiado. Y esa, por desgracia, es la noticia. Los parches, una vez más, no han servido de nada. El firme de la carretera sigue siendo un desastre que pone en peligro vidas humanas todos los días. Salir y entrar a Salas, literalmente, es jugarse la vida. Creo que ya está bien. Que ya basta. Que estamos hasta los cojones. Y que nos da igual el color político que tenga que solucionar este problema. Queremos y merecemos una solución. Y la queremos ya. Arreglen ya ese tramo de carretera. De no ser así tenemos que ir pensando en tomar medidas más drásticas. Tal vez esa sea la única manera de que realmente se escuche nuestra voz.
Puedes conocer mejor a Germán Martínez Rica en su Facebook y en su Linkedin