Un enemigo voraz, poderoso, despiadado y silencioso

FOTO DE LA ARAÑA E INTERNET

Es en mi recurrente viajar en primera a la niñez. En un tren a vapor llamado recuerdo. Y es que aquellos nostálgicos años ochenta fueron los más bonitos de mi vida. Tenía apenas seis años. El calor de junio agostaba la maleza y yo aprovechaba para huir a la vieja casona del abuelo Julio buscando un refugio a veces olvidado y seguro. Y es que era aquel un lugar húmedo y sin apenas luz en el que yo me sentía el explorador más importante del mundo. Al entrar, las ovejas tontunas y sedientas me daban la bienvenida cantando siempre la misma canción. Tras darles de beber, comenzaba mi mejor divertimento, la fiesta de la observación. Y es que aquella casona vieja y algo destartalada era el hogar perfecto para el mejor depredador de la naturaleza, las arañas. Un asesino silencioso, inteligente y despiadado que tejía trampas perfectas donde sus presas caían y bailaban hasta agotarse buscando la libertad. Después, sin mayor esfuerzo o preocupación, las arañas devoraban a sus víctimas lentamente disfrutando de la mejor de las cacerías. Hoy ya no soy aquel niño, pero afortunadamente observo el universo como lo hacía él. Y creo sinceramente, aunque no nos demos cuenta, que vivimos atrapados en una tela de araña casi perfecta. Porque, aunque muchos no quieran creerlo la reina madre de las arañas, que es internet, nos está cazando lentamente a través de las mal llamadas redes sociales. Y es que en ellas, sin apenas reflexión, exponemos nuestras vidas y nuestra intimidad. Y todo creyéndonos protagonistas de un teatro del absurdo donde recitamos nuestros datos más íntimos y personales.  Datos que nos condenan y que deberían haber estado guardados bajo llave. Movidos por una vanidad estúpida que nos invita a participar en un juego global en el que lo único que podemos hacer es perder. Y así, la tarántula de tarántulas que es internet va dejando pasar el tiempo observando y afilando sus colmillos para el último gran festín. Y todo mientras nos invita a suicidarnos enfrentándonos en una guerra fratricida a aquellos que más queremos por defender ideas trasnochadas de políticos corruptos y sin moral. Situándonos en trincheras políticas inexistentes dispuestos a disparar y a matar. Jugando con nuestros ideales, sentimientos y sueños que no hace tanto habían sido patria común. El objetivo: dividirnos para no enfrentarnos a un sistema sucio y corrompido. Aun así, ¡Todavía estamos a tiempo para reaccionar! Bastaría con despertar de un sueño global que no es sino la peor de nuestras pesadillas para darnos cuenta de que vivimos atrapados y esclavizados en la que sin duda es la mejor y más perfecta tela de araña del mundo, la red de redes...Internet.

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