domingo. 08.09.2024

El inventor del cine era burgalés

Internet es sin duda una fuente de información inagotable. Es como una caja de bombones de mil colores y sabores. Por eso, si escoges bien lo que deseas, la red se vuelve pura magia y diversión. Espero que me permitan esta licencia. Y es que buceando en este océano maravilloso de información di con una noticia que me llamó muchísimo la atención. La encontré en el perfil de mi buen amigo y mejor castellano Jon Baranda Merino. La fuente en este caso es de la Archidiócesis de Burgos. El titular, no sólo llamativo sino increíblemente interesante: Tardajos recuerda a Mariano Díez, sacerdote e inventor del cinematógrafo. La noticia reza así: Si bien el mundo científico se caracteriza por el secretismo y un anhelo por obtener la patente de sus inventos, hubo un personaje burgalés de finales del siglo XIX y principios del XX, que inclinado por las ciencias físicas y las matemáticas, propuso innovadores proyectos de forma abierta para que, quien quisiera, pudiera llevarlos a la práctica sin recelo alguno. Se trata del padre paúl, Mariano Díez Tobar, nació el 21 de mayo de 1868 en Tardajos, Burgos; y a quien algunos le atribuyen la invención del cinematógrafo. Según la revista de la época Mundo científico, el padre Mariano en una sus conferencias habló sobre esta máquina capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento: «El ingeniero francés A. Flamereau, representante en España de los hermanos Lumière, quien asistió en 1889 a la conferencia, inmediatamente mandó construir en París el aparato. De donde resulta que la cuna del cinematógrafo no es Francia, ni los Estados Unidos, sino España». Este sacerdote vicenciano, visionario y curioso, también habló de lo que hoy podríamos denominar como el «dictado de voz», herramienta común en teléfonos móviles y ordenadores. Lo describía como «la nueva pluma autofonográfica», una máquina capaz de diferenciar los sonidos emitidos por la voz y dejarlos escritos. Asimismo, hizo funcionar un reloj de pared al que se le daba cuerda con la energía de la voz; creo un reloj sin cuerdas y el iconotelescopio, creado para ver imágenes a distancia. En el 150 aniversario de su nacimiento, su pueblo natal quiere recuperar su memoria, haciendo una investigación por medio de historiadores que reúnan el legado y la contribución de este sacerdote avanzado para su época e interesado por difundir la ciencia. Hombre único e irrepetible. Bravo Mariano. Bravo!!!. 

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