Mario Benedetii, el gran mago de las palabras

MARIO BENEDETII

Tagore, el gran filósofo y escritor indio definió a la poesía como el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos. Y es que en verdad la poesía es esa llama que ilumina nuestra alma ofreciéndole un camino de esperanza a través de la oscuridad. Una melodía maravillosa que hace bailar a nuestro corazón que sonríe latiendo una y otra vez, como un tambor que acompasa nuestro espíritu dándole amor y tranquilidad. Creo que fue mi abuela María Luisa Piernavieja quien me enseñó a amar la poesía. Yo era muy niño pero la recuerdo recitando en la casa vieja algunos de los mejores poemas de todos los tiempos. Con una pasión dulce, desenfrenada y eterna. Cantándole a los árboles, a los pájaros, a los ríos, al amor, al desamor, a la felicidad, a la tristeza y también a los sueños y la esperanza. Si, la poesía es la estrella que afortunadamente todavía guía a este mundo atormentado que está perdiendo el rumbo y encontrando el caos. Por eso, a pesar del sufrimiento, del dolor, de las guerras, de los engaños y de un sistema que nos esclaviza, yo todavía creo en la poesía. Y de entre todos los que aquellos que se atrevieron a ser poetas a pesar de la soledad y del frío de las almas me quedo con el gran poeta uruguayo Mario Benedetti. Estamos ante un escritor, dramaturgo y periodista con mayúsculas que formó parte de la Generación del 45 y que escribió más de ochenta libros, muchos traducidos a más de veinte idiomas. Pues bien Benedetti para mí es un pensador que siempre fue capaz de explicar los conceptos más complejos de la forma más sencilla ofreciéndonos auténticas lecciones de vida literarias. Les dejo aquí con algunos de sus mejores pensamientos para que reflexionen, si lo desean, sobre el rumbo al que se dirigen sus propias vidas. Porque si algo anhelamos todos los hombres es alcanzar y mantener la auténtica felicidad. En este sentido el maestro insiste en que para ser verdaderamente feliz con alguien sin duda alguna lo mejor es aprender a ser feliz solo. Así la compañía es una cuestión de elección y no de necesidad. En cuanto a cómo vivir plenamente nuestras vidas el poeta insiste en que hay que evitar tras figuras geométricas: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas. Porque la realidad que vivimos no es otra cosa que un manojo de problemas sobre los cuales nadie reclama derechos de autor. Si habito en tu memoria no estaré solo. Se que voy a quererte sin preguntas y también se que voy a quererte sin respuestas. Y es que de pronto nos sentimos prisioneros de una circunstancia que no buscamos, sino que nos buscó. Porque al final, en definitiva, la muerte se lleva todo lo que no fue, pero nosotros siempre nos quedamos con lo que tuvimos.