viernes. 22.11.2024

"Un partido de pelota para la historia"

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Fotografía de Joaquín Sainz Borjas tomada por Roberto Alonso Olalla.

Viajemos al pasado con billete de primera. Y todo para recordar a dos grandes hombres demuestra comarca de pinares. Al ya fallecido Roberto Alonso Olalla, investigador e historiador de Hacinas. Y también a Joaquín Sainz Borjas apodado “Bojas” natural de Vallejimeno y que fue pastelero toda su vida en Salas de los Infantes. Joaquín fue uno de los mejores pelotaris en su momento. Fue “Mozote” otro pelotari quien le puso elote por el enorme parecido que tenía al jugar con “Bojas”, uno de los mejores jugadores de su época y natural de la Rioja. Roberto Alonso Olalla en su libro “50 Relatos sobre personajes, sucesos temas populares de la Comarca Serrana tiene un capítulo maravilloso dedicado a un partido de pelota que fue un hito en su época y que el mismo presenció. Así, después de tener una conversación con Joaquín Sainz “Bojas “este es el relato de el mismo: Este épico inolvidable partido de pelota a mano se celebró en la vieja cárcel de Salas delos Infantes en 1945 durante las fiestas de Nuestra Señora y San Roque. Un encuentro histórico que enfrentó a Luis “El frutero”, “Mozote” y “Uralita “por una parte y todos de Salas y por otra a “Gatito”, un gran pelotari riojano. Fue un partido desequilibrado de tres contra uno y a 22 tantos. La pelota se había comprado en la localidad guipuzcoana de Azpeitia y se disputó en un frontón reglamentario algo ancho. La acogida del partido fue memorable y durante días en Salas y en la comarca no se habló de otra cosa. La expectación fue máxima y se cruzaron fuertes apuestas. La de los jugadores fue de 1000 pesetas, una fortuna en aquellos tiempos. Mozote y Uralita jugaron de delanteros. Mozote cubriéndola pared y Uralita el lado derecho. El fondo del frontón fue para “El Frutero”. El “Gatito” por su parte tuvo para él todo el frontón. El partido fue prácticamente un peloteo entre Luis el Frutero el Gatito. Apenas hubo tantos de saque y los delanteros intervinieron muy poco. El esfuerzo de los dos zagueros fue impresionante y ambos terminaron el partido exhausto. Al final “El Gatito” se hizo con la victoria venciendo al tio de forma épica. Tal fue la dureza del encuentro que Luis al término del mismo orinó sangre. En aquella época los partidos se jugaban siempre amano limpia. Los callos y las heridas se trataban y curaban con sal y vinagre mientras el jugador dormía con las manos completamente vendadas.  Un encuentro épico que fue comentado en bares, reuniones sociales y conversaciones durante mucho tiempo en Salas y en todos los pueblos de la comarca. Yes que si algo quedó claro aquella tarde de agosto de 1945 es que no se puede derrotar a quien no se rinde. (B.Ruth)

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