"Recordemos como se merece al gran pintor Don José María del Río Moreno"
Decía el novelista francés Víctor Hugo que el recuerdo es siempre la presencia invisible. Permítanme por lo tanto hacer visible y recordar a Don José María del Río Moreno, un artista excepcional injustamente ignorado en la historia del arte de España. Y déjenme además hacerlo homenajeando con humildad a los hermanos Diego y José Montero de Salas de los Infantes. Ellos son los responsables de un maravilloso documental que rescata la vida y obra de nuestro más insigne pintor. Un trabajo fantástico del que me nutro para poder escribir estas líneas. Don Honorato del Río Bengoechea fue un acreditado industrial de la restauración y de la hostelería. Viaja a Madrid por un anuncio en prensa para poder allí conocer a su esposa. Con ella tendría felizmente a sus hijas Aurora e Isabel y al niño al que llaman José María. Durante esos primeros años del siglo XX la familia hace fortuna en Madrid. José María crece en un ambiente acomodado junto a artistas, poetas, directores de cine y teatro, actores y políticos. Pronto despunta como dibujante y pintor. Retrata a los clientes de los locales de la familia ay visita a los grandes clásicos del Museo del Prado. Ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y se empapa de la pintura de vanguardia de los años 30.
En un viaje a Salas en 1929 su padre le compra a los herederos de Don Hilarión Real el solar donde se encontraban las ruinas de la casa de los Siete Infantes de Lara. Allí construye un palacete de época afrancesado. José María crea su estudio en la planta baja, en lo que hoy es el salón de actos. Conocidas y veneradas eran sus fiestas con música en directo con el famoseo de Madrid. Conocidas eran sus fiestas con música en directo con el famoseo de Madrid. Pasan por allí Antonio el Bailarín, el gran músico Ataulfo Argenta o el fantástico actor José María Caffarel. Es arrestado en varias ocasiones en Madrid por su condición homosexual a finales de los sesenta y principios de los setenta. Vive entonces periodos de angustia, penuria y tristeza y termina por quitarse la vida en Madrid el 2 de abril de 1972. Deja escrito que desea que el Palacio sea del pueblo de Salas y es así como sus hermanas en 1975 se lo venden al ayuntamiento por la irrisoria cifra de ocho millones setecientas mil pesetas siendo alcalde Don Julián Ruiz. Este año se cumplen 50 años de su muerte. Tenemos la obligación, como bien dicen los hermanos Montero, de homenajear a José María del Río Moreno, nuestro artista y pintor más universal. Cedamos una sala de nuestro teatro para poner allí su obra de forma permanente y elaboremos un catálogo bien documentado. Que el recuerdo, como Decía Víctor Hugo, sea siempre su presencia invisible.
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Puedes ver el documental de los hermanos Montero tecleando aquí.