"Soy un idealista y si de algo estoy seguro es de que estoy en el camino correcto"
Soy un idealista. No sé dónde voy pero estoy en el camino. ¿No me digan que no es una frase sencillamente maravillosa? Una de esas frases mágicas que uno guarda con papel de regalo en el corazón para desenvolverla en un día de tormenta. Pues bien, su autor fue Carl Sandburg, uno de los mejores poetas, historiadores y novelistas que ha dado Estados Unidos en toda su historia. Si, soy un idealista. Siempre lo he sido y creo que siempre lo voy a ser. Siendo muy niño recuerdo un día de primavera durante una clase de historia en el desaparecido Colegio San José de Salas de los Infantes. El profesor nos fue preguntando uno por uno que queríamos ser de mayor. Yo quiero ser futbolista dijo uno, yo médico aseveró el otro y yo astronauta murmuró el siguiente. Todos fueron comentando cuál era su gran meta en la vida. Al alcanzarme a mí, el maestro me hizo la misma pregunta: ¿qué es lo que tú quieres ser de mayor? Y yo sin dudarlo le dije, yo quiero ser un idealista y mi sueño es cambiar el mundo. Mis compañeros comenzaron a reír. La respuesta era desde luego curiosa para una cuadrilla de mocosos y mocosas de tan sólo once años. Sin embargo, el maestro pidió silencio y la clase enmudeció. Y cómo piensas cambiar el mundo me preguntó. Y yo sin dudarlo contesté: escribiendo historias que siempre tengan un final feliz. Esta vez sí mis compañeros aplaudieron con tanta fuerza que todavía tengo grabado el sonido acompasado que hacían sus palmas al tocarse en el corazón. Si, soy un idealista. Y lo soy por convicción. En un mundo que naufraga y va a la deriva. Golpeándose con las rocas de la desilusión, el miedo, el odio y la indiferencia. Un mundo loco y vacío de sentimientos que mendiga amor y entrega indiferencia. Por eso soy un idealista, porque todavía sueño con seguir viviendo en un lugar más amable, cercano y humano. En un lugar mucho mejor. Soy un soñador. Uno de esos que vive dormido y sueña despierto. Uno de esos que cree que una acción positiva genera una reacción positiva que cambia el mundo. Poquito a poco. Muy poquito a poco. Sin hacer ruido pero de forma constante y firme. Por eso creo en mi camino. Creo en cada paso que doy, en cada huella que dejo, en cada instante, y en cada momento. Creo en mí. Creo en una sonrisa compartida de esas que iluminan de paz un instante. Creo en los abrazos eternos porque curan todas las penas. Creo en los besos sin nombre y en el amor. En ese amor eterno que lo transforma todo sin pedir nada a cambio pintando de colores nuestras vidas y forjando de esperanza nuestros sueños. Si, soy un idealista y nunca supe dónde iba y tampoco sé dónde voy. Pero eso sí, si de algo estoy seguro, es de que estoy en el camino correcto.