Los pilares de la vida
Tras nuestro nacimiento, hemos sustentado nuestra carga del vivir en unos pilares cimentados en las profundas e indelebles raíces de nuestra tierra.
En mi infancia viví la experiencia del primer viaje a Burgos por un problema de infección de oídos intermitente a la que mis padres trataron de poner remedio con una consulta a un otorrino de la capital. Así fue mi primer encuentro con una cuidad tan diferente al modo de vivir en el pueblo. Desde la estación de autobuses donde nos apeamos mi dolor y yo, fuimos hasta El Espolón donde teníamos la cita médica. Y después, vino la sorpresa. Queda grabada en mi memoria el asombro indescriptible de ver la catedral desde el arco de Santa Maria y sus torres solemnes clavadas en el cielo. Entramos por la puerta principal y mi padre quiso alegrar mi aturdimiento con el Papamoscas y el ritmo de su boca abierta con las campanadas. En este paseo emocionado por las naves y capillas no sentía mi dolor sino un entusiasmo ilimitado por todo aquello que captaban mis ojos en un sueño de grandeza indescriptible.
El día 20 de julio de este año 2021 se cumplen los 800 años de la colocación de la primera piedra de la Catedral de Burgos, uno de los primeros ejemplos de estilo gótico en España. Para celebrar esta efeméride se crea “La Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos 2021” y se prevé conciertos, exposiciones, y hasta la salida de la vuelta ciclista en la etapa inicial.
En el año 1984 es declarada “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO y con ese título se deja constancia de este valioso monumento a nivel mundial. En el anterior centenario de 1921 se conmemoró este hito con toda solemnidad y se dio sepultura a los restos del Cid Campeador y de su esposa Dña. Jimena en el crucero de la catedral ante la presencia del rey Alfonso XIII. Para este centenario, la Fundación aboga por la mudanza de las puertas neoclásicas de la fachada de Santa María por otras contemporáneas hechas de bronce y diseñadas por el escultor y pintor Antonio López, premio Príncipe de Asturias. La portada original era del siglo XIII y su posterior deterioro obligó a que las puertas y arcos laterales se reconstruyeran entre los siglos XVII y XVIII, ya en estilo neoclásico, y se instalaran los actuales portones de madera de olmo. Varias iniciativas populares se han puesto en marcha con recogida de firmas para evitar la instalación de las nuevas puertas de Antonio López. También la UNESCO advierte de las consecuencias de esta intervención pues podría afectar al compromiso dado por el Cabildo de Burgos de conservar “su autenticidad e integridad”. Si se obvia este compromiso podría perder su declaración como “Patrimonio de la Humanidad”.
Mis conocimientos de arte son los aprendidos en mis diferentes etapas de estudiante. Pero me nace un instinto que aboga por conservar la historia en estos “pilares de la Catedral de Burgos, sin obviar el arte del insigne Antonio López con exposiciones de su obra. Sin duda hay que asignar una huella sobre este centenario. Sin duda. Pero será indispensable aceptar la incongruencia de la mudanza de las puertas de Santa María presupuestada por cantidades ingentes de dinero por otra solución más acorde con el hecho, también histórico, de una pandemia global que nos sume en una depresión social y económica. Firmo por la Catedral de Burgos con sus puertas de madera de olmo.