Nacho Rojo y su equipo hicieron desfilar un elenco de platos elaborados, con la caza y los productos del monte y el campo como protagonistas, y a base de magistrales toques y una sublime presentación que arrancaron los elogios de los presentes en el comedor de El Polisón,- menos de los que la ocasión merecía por las limitaciones de aforo que marcan las normas-, en medio de un buen ambiente,- con mascarillas-, en una sesión , la del 2 de octubre, que abrió con su locuacidad y experiencia el chef burgalés, muy vinculado a Canicosa y la Sierra.
El menú arrancó con una Corona de queso viejo y pimientos, champiñón y royal de foie, continuando con el Pastrami de solomillo de ciervo, pan del payés y escalivada, y pudiendo degustar después el Paté de conejo de monte en escabeche de hierbas cítricas y zanahorias en texturas. Rico estaba el Cremoso de arroz con cangrejos y setas, y causó sensación el Ceviche templado de trucha marinada y tendones de vacuno. Original fue la Albóndiga de perdiz y un falso risotto de trigo con trompetas, y muy elaborado el Brick de liebre a la royale, chocolate picante y sangre de sauco. Deliciosa y en su punto, se encontraba la Carrillera de jabalí, nabo y tubérculos, y fue toda una sorpresa el bombón de hígado de pollo con jalea de escaramujos. Para concluir, un buen postre: Helado de madera de roble, hibisco, sauco, hierbas y flores.