La tradicional fiesta del Curpillos, declarada de Interés Turístico Regional, volvió a celebrarse en la jornada del viernes 16 de junio, en una de las jornadas de mayor arraigo para los burgalese
La mañana transcurrió con actos religiosos y militares, mientras que el resto del día tomó protagonismo la fiesta más popular, divertida y con la gastronomía y bebida como esenciales.
Parece que sus orígenes están en la celebración de la victoria del ejército crristiano contra el musulmán en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, aunque las primeras noticas que tenemos datan del siglo XIV, después de la institución de la solemne fiesta del Corpus, bajo el reinado de Alfonso XI.
Desde entonces hasta el día de hoy no ha dejado de celebrarse en el barrio de Las Huelgas esta peculiar fiesta que reúne a las autoridades militares, religiosas y civiles y, por supuesto, a todo el pueblo burgalés, que ve en ella una de sus señas de identidad.
El Curpillos tiene consideración de fiesta local desde 1953, aunque sólo lo fue en jornada completa desde 1979; hasta entonces, aún debía acudirse al trabajo hasta las doce del mediodía.