Es el rito de La Barrosa en Abejar uno de los más auténticos en este tiempo de invierno en la comarca de Pinares.
Desde TVP asistimos a la 'Muerte de La Barrosa', y fuimos testigos del fervor y la pasión con la que lo viven los jóvenes, y, en general, los habitantes y gente vinculada al municipio.
Charlamos con la Delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el alcalde en funciones, Diego Pérez.
Incluimos el artículo que nos ha enviado a Tu Voz en Pinares María Felisa Romero, y que refleja muy bien en qué consiste, con parte de su historia, de la tradicion.
LA BARROSA DE ABEJAR
Dedicado a Guillermo Bartolomé-Torre López
y a Carlos Baquerizo Romero
BARROSEROS del año 2022
A unos 28 Kms. de distancia de la ciudad de Soria, al oeste de la provincia y en la carretera de Soria a Burgos, se encuentra Abejar, pueblo antiguo con el título de Villa concedido por Felipe II en el año 1582 y actualmente modernizado según las costumbres y necesidades del siglo XXI.
Pues bien, dentro de unos días, el sábado 5 de marzo, la BARROSA se paseará por las calles del pueblo de Abejar.
Conviene decir que la cita fue siempre el Martes de Carnaval y que durante años y siglos se celebró la fiesta este día. Nunca se suprimió.
La palabra carnaval tiene parecido origen a la palabra carnestolendas del latín carnem tollere (quitar la carne).
Los antecedentes más antiguos del Carnaval se remontan a las fiestas y orgías de la primavera simbolizando el renacimiento de la naturaleza.
Con el establecimiento de la fe católica estas fiestas no desaparecieron del todo y encontraron su lugar como un desahogo popular antes de comenzar los rigores de la Cuaresma antigua, tiempo penitencial de estricta austeridad y sacrificio. En la actualidad la entendemos como un tiempo litúrgico de conversión y de preparación para la Pascua.
Desde hace unos años, debido a los estudios o a los trabajos, los jóvenes, que son los protagonistas, no tienen disponible el Martes de Carnaval ya que es día laborable. Por esta razón, se vieron en la necesidad de trasladar la Fiesta de la Barrosa al Sábado siguiente, víspera del Primer Domingo de Cuaresma.
Y ¿qué es la BARROSA? Es la imitación de una vaca, es una figura simbólica. Está formada por un armazón de madera realizado con unas varas y de forma rectangular. Tiene aproximadamente dos metros de largo, medio metro de ancho y sesenta centímetros de alto.
Dos jóvenes, que son los quintos según el anterior servicio militar, llamados los BARROSEROS, son los encargados de portar la BARROSA.
Esta vaca simbólica, como hemos dicho, se viste con una tela blanca que lleva cosidas unas bonitas figuras realizadas con cintas de colores. (Las autoras de la decoración son las mozas o familiares de los Barroseros).
En la parte de adelante, la tela lleva el diseño de la cara de una vaca. Tiene sus correspondientes cuernos naturales que pertenecieron a otra vaca de verdad.
En la parte trasera lleva un rabo y debajo, tapados por la tela, adosados a las varas, unos cencerros grandes que pertenecen a alguna ganadería.
Hay en esta vaca simbólica una combinación de objetos reales y fantásticos que ponen de manifiesto la creatividad de los inventores y la de los que la renuevan cada año.
Van dos Barroseros, uno que lleva la Barrosa sacando la cabeza por una abertura en la parte media del armazón y el otro que porta una cesta grande de mimbre, antigua y artísticamente adornada.
Los trajes de los Barroseros son iguales y muy antiguos. Un calzón blanco, y una camisa blanca también; una faja estrecha y una corbata, ambas de color rojo. Un sombrero de fieltro negro y unas botas con unas polainas negras.
Durante todo el día del Martes, digo del Sábado, los Barroseros con su BARROSA y el sonar de los cencerros, pasean por las calles dando vueltas al pueblo. Se acercan a la puerta de cada casa saludando a las personas que están en ellas. Estas personas son muy generosas y les regalan rollas, rosquillos, madalenas, sobadillos, chorizo, lomo, etc. Alimentos que no necesitan elaboración en la cocina y que se depositan en la cesta.
“Por la tarde, al anochecer, los Barroseros con la BARROSA, entran en el salón del Ayuntamiento donde está el baile y dan tres vueltas. Salen a la calle y vuelven al cabo de un cuarto de hora, repitiendo las tres vueltas. Y así acontece otra vez un cuarto de hora después, sonando siempre la música. En la tercera ocasión, al finalizar la tercera vuelta, salen a la calle y al pisar el suelo, disparan al cielo los cazadores que están en la puerta y que disponen de escopetas con cartuchos de fogueo. Caen los dos Barroseros sobre el tablón preparado de antemano, simulando la muerte de la BARROSA y son izados a hombros por otros mozos que darán tres vueltas de esa forma por el salón. Luego, tras este acto final con la muerte de la BARROSA, se organiza un animado baile y se invita a todos a beber vino porque según el rito, es la sangre de la BARROSA”.
(Hace años se bebía en unas tazas de plata que tenía el Ayuntamiento).
El festejo se mantiene hasta la hora de cenar. Participan en la cena los Barroseros, personas del Ayuntamiento y otros pero sólo hombres. En animada convivencia se expresa el discurso que pronuncia uno de los Barroseros, se consumen los alimentos recibidos en todas las casas y la broma, sin prisa, durará el tiempo que los comensales aguanten. Al final se despedirán hasta el próximo año si Dios quiere.
La tarea de buscar los orígenes de la BARROSA es apasionante y tiene el aliciente de que no ha sido emprendida según escribe Antonio Ruiz Vega en su libro “La Soria mágica. Fiestas y tradiciones populares”.
Julio Caro Baroja habla de viejas costumbres emparentadas con mascaradas a menudo carnavalescas.
“Este rito de la BARROSA es muy parecido a dos antiquísimos cultos sacrificiales; los cultos de Mitra y Atis Aunque de remoto origen persa, el culto de Mitra se reforma y rejuvenece al filo del siglo I después de Cristo, al tomar contacto con el Imperio Romano.
Como muy tarde, en el año 155 después de C. el mitraísmo inició su expansión por España. En algunos lugares hispanos se han encontrado restos de templos o inscripciones. En la provincia de Soria no se han encontrado restos y cabe considerar la posibilidad de que pudiera haberlos en Abejar o en sus cercanías.
La leyenda cuenta que siendo Mitra muy joven, trabó combate con un toro al que logró vencer y llevar a su cueva. Una vez que estuvo allí, lo sacrificó. La sangre de este toro se transmutó en vino y su carne en trigo. Más tarde, los seguidores de Mitra imitaron esta ceremonia en su recuerdo.
¿Pudo ser este culto traído a tierras de la Celtiberia, a España, por las legiones romanas? Estas fueron las grandes difusoras de los cultos mitráicos. De ser así, quizá se dio después un proceso de municipalización del rito, llegando a convertirse en consubstancial con el acervo cultural de Abejar.
En el año 381 después de J. C. el emperador Teodosio logró que se proscribiera el Mitraísmo y que ganase el Cristianismo”. (A. Ruiz Vega).
“Este rito ancestral algunos etnólogos lo vinculan con algunas características rituales y formales de cultos paganos en honor de Mitra y Atis. Estaríamos, por tanto, ante una versión folklórica de un misterio sagrado con un hondo simbolismo arquetípico en el que el Sacrificio Táurico de la Barrosa y del Barrosero acompañante es el núcleo central.
Sacrificio, que en el caso del Cristianismo, alcanza su cumbre y su más alta expresión, con Cristo crucificado del que se recoge su sangre en un cáliz y con el que se comulga eucarísticamente”. (Ángel Almazán. “Por los Pinares de Urbión”).
Como podemos observar, el rito de la Barrosa, sencillo y simbólico, ha sido estudiado por escritores sorianos. Recordamos y damos las gracias a Antonio Ruiz Vega, Miguel Moreno, Ángel Almazán, Fernando Sánchez Dragó, y a otros como Julio Caro Baroja y José María de Areilza.
Hemos procurado realizar la narración sirviéndonos de los datos que ellos han investigado y así mismo, aportando nuestra propia experiencia por haberla vivido en Abejar.
María Felisa Torre Teresa
5 de marzo de 2022