En un día de invierno, los barroseros Jorge y Sergio Romero, recorren las calles de Abejar portando La Barrosa, entran en las casas donde les ofrecen pastas, moscatel, embutido y bebidas variadas, y saludan a los vecinos que esperan el momento emocionante del año para convivir por un rato con los artífices de la tradición.
La salida del bovino se ha realizado con un poco de retraso respecto a su horario habitual debido al reajuste de los cencerros que lleva el armazón, símbolo antíquisimo del culto al bovino que se revive cada año, y que engrandece la fiesta invernal.
En la preparación de La Barrosa y de la indumentaria que portan los barroseros participan varias personas, que engalanan el cuerpo y la cabeza del símbolo histórico y la cesta, enseres que forman parte del aspecto material de la tradición.
Culmina la jornada en el salón municipal y ante la atenta mirada de quienes no quieren perderse este espectacular momento, con disparos al aire, pasadoble de barroseros y madres, y bebida del vino, para luego darlo todo en la verbena musical con orquesta, fin de fiesta.