Los grandes hombres son aquellos que dejan huellas imborrables en su camino en la vida. Porque cuando les llega la muerte, las huellas permanecen en el recuerdo y en la eternidad. Ernesto, el de Covarrubias, fue un gran hombre. Uno de esos a los que toda una comarca, la del Arlanza, despide entre aplausos el día de su funeral. De carácter recio y honesto, Ernesto siempre soñó con volver a ver sus pueblos, los del Arlanza, llenarse de nuevo de vida. Ernesto, del de Covarrubias, fue un luchador infatigable. Un guerrero del siglo XXI que creyó en la recuperación del mundo rural. Para él no existían la España Vaciada o abandonada y si una España, la de los pueblos, llena de vida, de amor y de oportunidades. Hoy muchos de sus amigos se han reunido para hacer la ruta que más le gustaba, la que conecta Retuerta con Peñas del Duero. Amigos llegados de Sotillo de la Ribera, de Lerma, de Tordueles, Mecerreyes, Burgos, Aranda y por supuesto Covarrubias. Sesenta senderistas que han recordado a Ernesto con un homenaje de tamboril y dulzaina gritando su nombre. Amigos que en el almuerzo han atado dos globos, uno verde y otro azul, en una sabina como ultimo homenaje a un hombre sencillo, humilde, honesto y valiente. Homenaje a un gran hombre cuyo recuerdo permanecerá por siempre en la eternidad de los viejos pueblos del Arlanza y de Castilla.