En una jornada muy calurosa de lunes, los vecinos de Vilviestre del Pinar revivieron la fiesta de San Antonio, como vienen haciendo cada 13 de junio desde hace siglos, costumbre sólo interrumpida por la anulación de actos provocada por la pandemia de la covid-9 de estos dos últimos años.
Los actos arrancaron en la iglesia parroquial, con Nicolás, haciendo tañer las campanas de forma manual, y como se hacía antes; y la imagen de San Antonio subida al carro, unido al vehículo, con el que se desplaza hasta la ermita. A la salida de la población, un grupo de personas se unieron a la comitiva encabezada por el párroco y el grupo de dulzaineros de Hacinas.
Tras llegar a la zona de la ermita, las mujeres de Vilviestre, mayoritariamente, bailaron de cara a la imagen del santo, dando la vuelta al templo, y, posteriormente, siguiendo la eucaristía en la ermita..
Ya por la tarde, el baile fue protagonista en el centro de la población.