Era una jornada esperada. en San Leonardo de Yagüe Los danzantes sin la molesta mascarilla que en 2022 les resultaba tan incómoda. El ambiente como el de siempre, con esa sensación de día grande. Los danzantes con seguridad en la plaza, y en compañía de representantes locales y gaiteros se acercan a la iglesia donde la gente ya espera dentro.
El público va llegando de forma escalonada según avanza la ceremonia eucarística. El párroco Rafael Muñoz saluda a todos y cada uno de los integrantes de la comitiva según entran al templo.
Todos ocupan sus sitios, como si hubieran estado ordenados de antemano. A los miembros de la corporación local, se suma el diputado nacional Javier Antón. Varios párrocos ofician la misa, entre ellos el predicador de este año, Jesús Florencio Hernández, párroco de El Burgo de Osma, quien en la homilía insiste en la importancia de la Luz en la presentación del Niño Jesús y la visión como cristianos.
Avanza la ceremonia, salen los danzantes y cogen las andas de las dos imágenes, la de Las Candelas y la de San Blas, que presiden la ceremonia desde el altar mayor. Salen los bobos y el elenco de integrantes del grupo de danzantes con sus capas negras. El coro parroquial que ameniza la misa, entona el Padre Nuestro. Llega la Comunión. Finaliza la misa, y el párroco anuncia la representación de las danzas.
Entran los danzantes en el templo. La música de los gaiteros marca los primeros compases sobre el cuadro de piedra habilitado para este fin. El silencio se adueña de la iglesia y todos los ojos se centran en el grupo de ocho danzantes que interpretan una a una las diferentes danzas, con una coordinación total. Todo está sincronizado. Termina, y un fuerte y caluroso aplauso emociona al grupo., y se funden en abrazos. Fotos con familiares y amigos.. Alzo la mirada y Teodoro ya no está.
La gente abandona el templo. Los danzantes sacan las imágenes de Las Candelas y San Blas. La procesión recorre la travesía y sube hacia el arco por las calles ubicadas en el arranque de la ladera del castillo, pasando por las cercanías de la plaza mayor, hasta alcanzar de nuevo la iglesia junto a la Casa de Los Ferrones
