Las obras del colector de la nueva depuradora de aguas residuales de Soria (EDAR), que se ubica en el paraje de Sinova de Los Rábanos, están enturbiando estos días el río Duero con un gran volumen de agua originada por perforación del túnel que arrastra sedimentos y también los productos cementantes que se están usando en tal obra.
Este problema surge porque la perforación ha pinchado un acuífero o se está bajo el nivel del pantano, produciendo un drenaje por el que se evacua una gran cantidad de agua. Este problema ya estaba previsto en el proyecto, y se debían haber adoptado las medidas preventivas y así minimizar y evitar afecciones al acuífero, en su caso, y también el daño que su posterior vertido está produciendo al río Duero.
Ya desde que empezó la perforación en la parte de Sinova se observaba que había deficiencias en el proyecto en el mes de mayo de 2022, ya que las instalaciones de recogida de agua, decantación y sedimentación de las obras del túnel no han cumplido la eficacia que se suponía que exigían las condiciones impuestas por la administración (Ver resolución de aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental -BOE 28/11/2013) y las aguas se están vertiendo al río Duero con tierras y productos cementantes a través de su tributario el arroyo Villarejo, según la nota emitida por la asociación ecologista.
Por estos vertidos, la Confederación Hidrográfica del Duero ha abierto un expediente -desconociéndose hasta la fecha si lo mismo ha hecho la Junta de CyL; en tanto que afectan al ZEC “Riberas del río Duero y Afluentes” que es un espacio de la Red Natura, y sus aguas están declaradas por las truchas y regulado con la figura de Agua en Régimen Especial con Extracción Controlada. A ello hay que considerar que más abajo, los pueblos del Campo de Gomara tienen las tomas para las aguas para su abastecimiento de agua potable. Cuestiones importantes estas que, a los beneficiarios, que son los pescadores y vecinos del Campo de Gomara, parece que no les son de interés.
El expediente sancionador de la CH. del Duero parece que no ha conllevado la adopción de medidas cautelares y de exigir que se adopten las medidas para evitar los daños hidrogeológicos y los vertidos, ya que los vertidos han continuado desde el mes de junio, agravándose en octubre y aún más en estos días en los que el río Duero baja turbio durante un buen tramo.