La Asociación de Pesca Pinares avanza en el objetivo de proteger y conservar la fauna autóctona de los ríos de la comarca soriano-burgalesa. Una de las actividades más importantes para cumplir con esta ambiciosa misión es el control y vigilancia de la freza y sus amenazas.
Desde finales de otoño y en este principios de año, las truchas se unen para desovar en los ríos de la comarca. La organización, junto con agentes medioambientales están intentan que no se ataquen los frezaderos, acometiendo la limpieza de escalas para que las truchas suban, luchando contra el furtivismo.
Las hembras maduras sexualmente buscan las mejores zonas para instalar sus nidos, seguidas de los machos que pelean entre sí por el dominio del frezadero, pudiendo observarse espectaculares persecuciones en las inmediaciones del mismo e incluso verdaderas peleas a mordiscos cuando un macho no dominante se ve sorprendido y no tiene tiempo de huir de su agresor. Como resultado de estas luchas se establece un orden jerárquico según el cual el macho dominante se hace dueño del frezadero, y el resto de machos maduros sexualmente permanecen en la parte trasera del frezadero muy atentos, para ocupar el lugar del dominante en la fecundación de la puesta.
Los frezaderos han de tener ciertas características para ser aptos en la ocupación de las truchas y posterior puesta de huevos. Lo ideal es que tengan una profundidad entre 15 a 40 cm, una velocidad de corriente entre 10 a 20 cm /sg y un tamaño de granulometría de gravas de 2 a 3 cm.
La iluminación también es un factor importante ya que si es una zona con pocas horas de insolación, las truchas no la ocuparan.
La eclosión de los alevines se produce aproximadamente a unos 410 grados-día. Esto se determina sumando las temperaturas medias diarias del agua, desde el inicio de la puesta de los huevos, hasta alcanzar 410. Dependiendo de las temperaturas del río, muy bajas en los ríos de la comarca pinariega, la eclosión se puede extender en el tiempo.
CONTRA ESPECIES INVASORAS
La Asociación Pinares continúa luchando contra las especies invasoras de los ríos. Prácticamente desde su creación, han venido realizando un trabajo de concienciación y búsqueda de soluciones para erradicar estas especies.
La coordinadora del Grupo Especialista en Invasiones Biológicas (GEIB), Laura Capdevila-Argüelles, considera que los ríos y lagos son los grandes olvidados en la lucha contra las especies exóticas invasoras, y pese a que su mal estado de conservación les hace muy vulnerables a su llegada e implantación.
Según la experta, aunque en España se ha avanzado en reglamentación y concienciación, aún hoy mucha gente, tanto autoridades como ciudadanía en general, desconoce los cuantiosos daños que causan estas especies en la biodiversidad, la economía y la salud humana.
“Queda mucho por hacer, si bien, afortunadamente ya no hay asociaciones conservacionistas ni animalistas que no comprendan el problema”, ha dicho Capdevila-Argüelles a la Agencia EFE, resaltando la importancia de que la sociedad comprenda el grave problema que suponen.
En su opinión, en 2023 habría que poner el foco en los ríos y lagos y lagunas (incluidos los de alta montaña), que cada año están peor, ya sea por contaminación o por eutrofización, lo que hace que presenten unas condiciones muy favorables para las invasoras.