El viernes 17 de enero las llamas se adueñaron del campanario de la iglesia parroquial de San Pedro en Hacinas. La alerta se dio pasadas las diez de la noche gracias al aviso de varios conductores a su paso por la N-234. La rápida actuación de los bomberos voluntarios de Salas de los Infantes consiguió que las pavorosas llamas que salían de los arcos de la torre no se propagasen al resto de la iglesia, quedándose todo en una impactante imagen.
Tras varias horas apagando el foco del incendio y enfriando la zona durante la mañana posterior, el fuego se dio por sofocado sin apenas daños materiales graves, lo que hizo que el incendio se quedase en un susto.
VALORACIÓN Y ORIGEN
Con la torre libre de llamas, se realizó una primera valoración en la que se pudo comprobar el buen estado del campanario cuyos daños eran únicamente superficiales, conservándose en buen estado los accesos, la estructura e incluso el tejado que no llegó a desplomarse.
Ángel Gutiérrez, párroco de Hacinas -y otros siete pueblos- que se encontraba a punto de irse a dormir cuando se enteró de la noticia, nos cuenta que los daños se quedaron en "lo mínimo de lo que podían haber sido"; habiendo salvado incluso de las humedades del agua utilizado por los bomberos gracias a los desagües que posee la torre.
Sin embargo, una de las incógnitas que quedan de este incendio es el cómo se pudo originar un fuego en un campanario desierto. Aún no se ha concluido la investigación pero la hipótesis más extendida habla de un fallo eléctrico en el reloj de la torre. "era la única parte eléctrica que estaba en funcionamiento", ya que en Hacinas las campanas aún se hacen sonar de forma manual.
REPARACIÓN CUBIERTA
Lo que tampoco ha concluido aún ha sido la evaluación minuciosa de daños. "Vinieron los seguros, patrimonio y dos empresas de campanas y relojes" explica el párroco que aún desconoce cuándo estará listo el informe y, por tanto cuándo comenzarán los plazos para la restauración. No obstante, ya se están realizando los presupuestos de estos trabajos de reparación que, en principio, estarán cubiertos por el seguro contra incendios del Arzobispado de Burgos.
Desde el pueblo de Hacinas, además se ha creado un grupo de trabajo al respecto que está formada por vecinos, representación del Ayuntamiento de Hacinas y fieles de la parroquia. Así, durante la jornada del viernes se está realizando una limpieza del campanario con el fin de desligar la conexión eléctrica con la torre. La idea es así permitir el uso de la calefacción y demás aparatos eléctricos del edificio religioso que permitan el desarrollo habitual de las celebraciones religiosas; unas misas que no han parado estos días ni durante el fin de semana en el que se produjo el incendio. Las campanas, a expensas de ser limpiadas se mantienen en buen estado y, a excepción de dos que se encuentran con el badajo quemado, también han vuelto a sonar gracias a una cuerda exterior.
Ahora los vecinos de Hacinas tendrán que esperar unos meses para que no quede rastro visual de un incendio que ha pasado a la historia del pueblo como un recuerdo del desastre que pudo haber sido pero, afortunadamente y gracias a la rápida actuación conjunta, no fue.