“Hemos suspendido todo; se ha intentando hasta el final hacer un taller musical con niños, pero dada la situación actual y como se está poniendo tampoco se va a celebrar” comenta Idoia Ruiz, la alcaldesa del pueblo.
Durante estos días festivos es habitual que se bailen las danzas típicas del paloteo y cintilla. Antiguamente, el paloteo se celebraba en la iglesia el domingo de Carnaval.
El primer día de fiestas con las vísperas se hace la ofrenda en honor a San Juan Degollado y se anuncia con el volteo de las campanas. En los días siguientes no falta el folclore con sus danzantes, así como los partidos de pelota a mano.
Pero sin duda lo más emotivo es la procesión que se realiza el 29 de agosto en honor a su patrón después de la misa y que finalizan la noche con una verbena.
También se hubiese tenido que celebrar el pasado 16 de agosto una romería en honor a San Roque en la que los vecinos hacen una comida campera junto a la ermita de San Roque.
Verano atípico pero que aún así muchos familiares han decidido aprovechar para pasar el verano en el pueblo lejos de los lugares concurridos y que también han aprovechado para visitar la zona así como salir al monte y a la naturaleza lejos de los riesgos de contagio que existe cuando hay aglomeraciones de gente por eso desde los ayuntamientos piden precaución.