El castillo de San Leonardo es una fortaleza abaluartada de época renacentista cuya vivienda interior estaba decorada con ricos y suntuosos ornamentos y el exterior estaba preparado para repeler los ataques con arma de fuego, con baluartes más gruesos y resistentes. El palacio, de base rectangular, con patio interior y dos plantas, se asoma al exterior de la fortaleza no sólo con grandes ventanales, impropios de un castillo y originalmente decorados con molduras clásicas, de las que han aparecido algunos restos, sino sobre todo, por la portada clásica, que a lo largo de estos años se ha reinterpretado gracias a los restos encontrados. Tiene cuatro baluartes en sus cuatro esquinas compuestos a partir de un cuadrado sobre la diagonal.
El castillo presenta planta cuadrada y dos plantas, siendo la inferior un semisótano cavado en la roca. Según Cobos et alii (1990): “Tipológicamente destaca la conjunción de la modulación de los órdenes clásicos y sus elementos con la dura geometría de la fortificación abaluartada. Al primer concepto pertenecen restos de molduras y arranques y la parte baja de la portada. (…) Del segundo concepto deben considerarse los elementos caracterizadores, la planta general tomada en la línea magistral así COMO los ángulos de ataque de los baluartes, las derivas de las troneras, las embocaduras de éstas y el sistema completo de particiones….”. En la fachada principal del castillo se colocó la lápida fundacional con la siguiente inscripción: D. JOANES MANRICUS A LARA ET D. ANA FASARDA VXOR EX PHILIPI II HISPANIARUM REGIS MUNERE A FUNDAMENTIS FECERE. AB HOSTE ET HOSPICE TUTUS. Prácticamente ha sido arrancada toda la piedra del castillo, quedando SOLAMENTE la base almohadillada de la portada de una de las entradas