En el teléfono fijo de un establecimiento comercial de Duruelo de la Sierra se recibió sobre las siete menos cuarto de la tarde del martes una llamada telefónica. El que llamaba se identificó como trabajador de una empresa encargada de los terminales punto de venta (TPV) para recargas telefónicas a través de un conocido proveedor especializado en pagos por Internet. Le dijo a la persona que se encontraba en el establecimiento que iba a actualizar el terminal y le indicó que siguiera las instrucciones que le iba dando. De esta manera, el estafado realizó sin saberlo cuatro operaciones con cargo de 250 euros cada una que fueron a parar a una cuenta desconocida.
A las siete de esa misma tarde, en un establecimiento del mismo sector que el anterior pero ubicado en Medinaceli, se recibió una llamada similar. En esta ocasión, lo estafado asciende a 900 euros.