Tras el cierre definitivo del matadero de Salas de los Infantes, los sectores de la ganadería y de la carnicería comienzan a sufrir las consecuencias del cese de la actividad.
El cierre no solo supone la pérdida del trabajo de media docena de personas, sino que, ahora, los trabajadores del sector cárnico de la zona se ven obligados a realizar más kilometraje para lograr transportar las cabezas de ganado hasta, o bien el matadero de Burgos o bien hasta el de Vinuesa, lo que supone un gasto extra, tanto de tiempo como económico.
También el Ayuntamiento de la localidad se ha visto afectado ya que tiene que asumir la deuda de más de 100.00 euros que tenía el matadero. El concejal de VOX, Ángel Martínez, afirma que “la solución es muy complicada ya un posible nuevo adjudicatario tendría que hacerse cargo de las deudas".
Preocupa la temporada estival, ya que durante es durante las vacaciones de verano cuando la demanda de carne aumenta. Por su parte, Martínez, ve difícil una posible reapertura a corto plazo: “es muy difícil que se pueda volver a abrir este verano porque los procedimientos para la licitación llevan mucho tiempo”, añade.
No es la primera vez que el matadero se ve obligado a cerrar ya que, el pasado año se prohibió, de forma cautelar, la actividad en las instalaciones. Y aunque tras ese parón se pudo reabrir, esta vez, el cierre parece definitivo.