martes. 03.12.2024
La labor de vigilancia del monte que se realiza en la zona es ejemplo de gestión para el resto de España. Las torretas son vitales para una rápida detección del fuego, a lo que se suma el resto de medios siempre en activo

Los guardianes del manto verde

Manto verde de pinar o pulmón de oxígeno. Muchas son las formas con las que se ha definido durante la historia al monte de Pinares, valorado y admirado en el resto del planeta por su conservación y su escaso índice de incendios. Un amor que se nota en cada pinariego y que se ha demostrado durante siglos, consiguiendo que el monte de la comarca de Pinares sea un ejemplo por contar con un modelo de gestión que ha sobrepasado fronteras en la conservación y lucha contra incendios. 
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Nerea, desde la torreta de Cabeza Alta.

Los riesgos por las altas temperaturas del verano son inevitables y en estos meses la labor de los guardianes de este oro verde es vital para seguir manteniendo tan orgulloso distintivo natural. Personas que dedican su vida a cuidar del monte, a vigilarlo, a divisarlo a cada minuto para conseguir lo más importante en caso de incendio: dar un rápido aviso que suponga una intervención fugaz para evitar un incendio. Un duro trabajo que tiene que apasionar y del que depende el gran número de hectáreas de monte pinariego.


El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Soria, José Antonio Lucas Santolaya, es natural de Navaleno y, por tanto, pinariego conocedor, por ser de la zona y por su trabajo de todo cuanto respecta a cómo y con qué medios se trabaja para afrontar cada campaña veraniega contra los incendios. Explica para Tu Voz en Pinares que en este 2024 hay en total 509 personas en el operativo de incendios en Soria, sumando aquí 20 ingenieros y 83 agentes forestales, medioambientales y celadores de medio ambiente.


“En lo que se refiere a puestos de vigilancia, este año tenemos 31 puestos con vigilantes personales y 22 cámaras de vigilancia con cámaras visibles; 12 motobombas, más 2 dotaciones nocturnas propias de la JCyL, más otras 10 conveniadas con Diputación y Ayuntamientos, que dan en total 24 motobombas; 12 retenes de tierra de la JCyL más 1 del Fondo de Mejoras, en total 13 retenes; 1 helicóptero propio de la JCyL, con 2 cuadrillas helitransportadas y 2 helicópteros de la BRIF de Lubia, con 6 cuadrillas helitransportadas, en total pues 3 helicópteros y 8 cuadrillas helitransportadas; y 2 máquinas pesadas para perimetrar incendios o hacer calles-cortafuegos en caso de necesidad de líneas de defensa”. 


Lucas Santolaya califica este verano de muy peligroso, “porque aunque llovió en junio y había humedad inicial, las tres olas de calor de julio han desecado mucho el suelo y el material combustible que hay en los montes. La hierba ha adquirido gran altura y está ya muy explosiva. Ahora, hasta mediados de agosto, hay un aumento importante del riesgo de incendio forestal por las labores de cosecha de cereal, aunque en Pinares es poco significativa comparada con otras zonas”, señala. 


Pero, ¿cómo es el protocolo de actuación normal ante un incendio? La rápida intervención es vital y así lo confiesa Lucas Santolaya: “primero se comprueba la veracidad de la información y se van enviando medios, aunque se tengan que dar la vuelta. Cuando llegan los medios y el director de extinción, se van comunicando las actuaciones y medios necesarios. En función de los 4 niveles existentes (0: con los medios existentes se controla; 1: cuando el incendio dura más de 12 horas o más de 30 hectáreas afectadas; nivel 2: riesgo para las personas y los bienes; y 3: emergencia nacional, (nunca se ha declarado hasta la fecha). A partir del nivel 2 se constituye el CECOPI (Centro de Coordinación Operativa Integrada), que se reúne en la delegación territorial de la JCyL en Soria, para coordinar actuaciones”, explica.

EL TRABAJO DE LAS TORRETAS
En Soria hay un total de 31 torretas, 6 de ellas de noche y 25 de día, cada una con 2 personas en horario cambiante en el verano. Su trabajo es avisar con rapidez cuando detectan  humo y para ello disponen de un aparato denominado Alidada, que da los grados hacia los que está viendo el posible fuego. Luego en el CPM (Centro Provincial de Mando) se coteja la información, se cruzan las visuales de las torretas y se localiza el punto del posible incendio, ya todo ello con herramientas informáticas, aunque se conserva el viejo plano imantado por si se cae la red.

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La campaña de vigilancia desde las torretas dura durante la EPA (Época de Peligro alto) de incendios forestales que suele ser desde mediados de junio hasta mediados de octubre. “Pero el trabajo de las torres como término medio en 2024 van a ser 6 meses y en 2025 se prevé que sea ya de todo el año, aunque la época de frío, los vigilantes, de acuerdo al convenio del personal laboral de la JCYL, realizarán otras funciones y trabajos, como prevención de incendios, mantenimiento de infraestructuras, etc”, explica Lucas Santolaya. 


La torreta de Cabeza Alta es una de ellas y es desde allí desde donde se han realizado las imágenes que acompañan este reportaje. Nerea Jiménez, natural de Covaleda, es una de las personas que vigilan el monte pinariego desde allí y los ojos de los que depende uno de los pinares más importantes de Europa. "Es un trabajo en lo que lo más importante es conocerte el monte y que a la hora de que se produzca un incendio indicar no sólo con rapidez, también decir los mejores accesos para llegar mejor al fuego. Eso es lo que hace ganar tiempo", confiesa Nerea.

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Torreta de Cabeza Alta

Por otra parte, los retenes trabajan ya prácticamente todo el año (entre 9 y 12 meses); “en la EPA están haciendo servicios o trabajos menos duros, incluso módulos de parada total de entre 2,4 - 6 y 8 horas, en función del calor y alerta de incendios. Fuera de la EPA, están haciendo trabajos preventivos de incendios a lo largo de la provincia, fundamentalmente selvicultura preventiva de incendios; clareos de pies, podas, desbroces, etc”.

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PREVENCIÓN
El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Soria, José Antonio Lucas Santolaya, declara con orgullo que “somos la única CCAA en la que seguimos con un modelo forestal arraigado y hacemos selvicultura preventiva todo el año, no sólo con los retenes, también con otras empresa o presupuestos bien propios de la JCyL, o del Fondo de Mejoras de los Montes de Utilidad Pública. Creo que somos la única provincia que financia un retén completo con el Fondo de Mejoras de los Montes de Utilidad Pública. Pero, pasa lo mismo que con los medios y el personal, todo nos parece poco siempre o podrá ser mejorable. Ojala se pudiese disponer de más financiación y que los montes pudiesen ser considerados sumideros de CO2 por los que recibir ingresos para cuidarlos de los que contaminan o pagan por Tn de CO2 emitida a la atmósfera. Tanto a propietarios de los montes como a la administración forestal, nos gustaría que los montes tuvieran más consideración a nivel nacional y comunitario y recibiesen más financiación”.

BAJO NIVEL DE INCENDIOS
Estamos ante una zona en la que el nivel de incendios es muy bajo y el motivo de esta buenísima noticia, según José Antonio Lucas, se debe a “fundamentalmente a dos cosas: primero, por sensación de que los montes son nuestros y nos benefician bien económicamente o bien desde el punto de vista recreativo de ocio y esparcimiento. Nuestros montes están muy bien cuidados y limpios en general, más si lo comparamos con lo que hay a nivel nacional tras el abandono de la población rural  (aunque todo es mejorable como he indicado antes) y son muy accesibles, tenemos en Soria, por ejemplo, el 25% de la áreas recreativas de toda la región de CyL, desde la administración potenciamos el uso social, recreativo y deportivo de los montes y eso lo agradece todo el mundo, etc. Esto no suele ser común en otros lugares de España, donde nos encontramos vallas, espacios cerrados o con mala accesibilidad, abandono de los montes y espacios naturales protegidos, etc”, explica. 

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“Y en segundo lugar, el bajo nivel de incendios también se debe a que tenemos un sistema de localización muy bueno y de acceso a los montes rápido, llegamos pronto a los conatos. Además, debido a la gran colaboración ciudadana, el ciudadano que ve cualquier peligro y enseguida nos llama por teléfono. Y quiero decir que tenemos también unos agricultores ejemplares, no suele ser común en otras provincias, su colaboración es máxima siempre que hay un incendio, aportando sus tractores y maquinaria, su experiencia, etc., Nunca me cansaré de decirlo. Yo he trabajado en otros sitios de España donde todo esto no sucede”, concluye. 

Los guardianes del manto verde