En estos momentos tan críticos, hablar de la población en la comarca de Pinares puede parecer poco acertado o incluso inoportuno.
Pero ¿tenemos que conformarnos y guardar silencio o podemos analizar la situación y tener una mirada desde la realidad hacia el futuro a medio y largo plazo?
En los medios que vemos y leemos, tenemos información diaria de la evolución de la pandemia, de los contagiados, de los fallecidos, de los que lo superan, por edad, por sexo, a nivel nacional, autonómico y provincial.
Seguramente, aun es pronto y debamos esperar a la finalización de esta maldita crisis sanitaria para tener datos homologados y más contrastados para poder saber cómo ha afectado a las zonas rurales y especialmente a las zonas más despobladas como nuestra comarca de Pinares.
Esperemos que los técnicos hagan su trabajo y nos proporcionen datos suficientes para poder responder a preguntas de este tipo:
¿Cómo está afectando el coronavirus en las zonas rurales frente a las zonas urbanas?
¿Dónde hay más contagios?
¿La masificación y contaminación de las ciudades es un elemento que favorece la difusión del contagio?
¿Hay menos contagios en los pueblos con menos población?
Partimos del dato ya sabido de que el Covid-2019 afecta especialmente a las personas mayores y en nuestra comarca este segmento de personas es el mayoritario, pero confiamos en que las características de nuestra comarca, el clima, la no masificación, la no contaminación, etc., hayan servido de escudo paliativo.
En las gráficas que adjuntamos podemos comprobar algo que ya sabíamos, que la población de los pueblos de Pinares ha disminuido año tras año.
En el año 2011 teníamos una población de 14.854 habitantes
En el año 2019, hemos bajado a 12.589.
Por lo tanto, en 9 años hemos perdido 2.265 vecinos (una perdida relativa del 15,25%).
Debemos esperar a disponer de datos fiables para conocer el impacto de esta pandemia sobre la población de la comarca, pero hay aspectos que ya sabemos y tenemos que ponerlos de manifiesto y acometer de cara al futuro.
- Sabemos que la “Sanidad y la Dependencia” son servicios fundamentales para la salud de la población y especialmente de nuestros mayores, así que debemos seguir luchando por mantener y mejorar nuestros Centros de Salud y nuestras Residencias de Mayores, sin descartar la posibilidad de un Hospital Comarcal.
- Sabemos que la globalización, el cambio climático, los desastres naturales suceden en todo el mundo y nos afectan por igual; no distinguen de raza, sexo, religión, posición social o económica.
- Sabemos que la transición ecológica, la defensa del medio ambiente y la lucha contra la despoblación pasan por la ruralización de la sociedad, la distribución de la población, la descentralización de servicios, el adelgazamiento de las ciudades y el desarrollo rural sostenible.
- Sabemos que van a cambiar nuestras relaciones interpersonales, la falsa ilusión de cercanía de las redes sociales en absoluto puede sustituir la recuperación del saludo, del abrazo, de la conversación, del contacto real en la calle.
- Sabemos que la única manera de salir de esta crisis es hacer piña, hacer resurgir en nosotros el sentimiento de ayuda al prójimo, de pertenencia a un colectivo, a nuestra comarca de Pinares.
- Sabemos que debemos ser responsables: sentir que de tus acciones depende la suerte de los que te rodean y que tú dependes de ellos.
- También hemos aprendido, que el mayor virus que nos lleva años contagiando es el individualismo y que su único antídoto es la práctica de la solidaridad y la defensa del común de nuestra comarca.
La importancia de “lo común” en la comarca de Pinares
No necesitamos descubrir ni inventar nada, ya lo inventaron nuestros abuelos hace mucho tiempo; se trata de “lo común” algo que todos conocemos y los más mayores hemos vivido.
El termino “lo común” en nuestra comarca se refiere a todo aquello que es de interés comunitario, que es de todos y que debemos mantener y transmitir a nuestros nietos; vías públicas, caminos, construcciones y especialmente el monte.
Y para conservar “lo común” estaban todos los trabajos y faenas que cuadrillas de voluntarios hacían de forma altruista para el pueblo.
Seguro que habéis oído hablar de: obreriza, desmano, adra, etc.; son términos tradicionales de nuestros pueblos serranos que agrupan a este tipo de faenas comunitarias. En el nrte de la Sierra de la Demanda también se usan “estar a vereda o de villa” dependiendo si las faenas son en el campo o en el casco urbano.
Algunas ordenanzas municipales que lo regulan, así como los usos legales de ciertas localidades, establecen un impuesto en metálico para los vecinos que no quieran participar en estos trabajos
Bajo el concepto de “lo común” y con esa actitud positiva y colaborativa que surge en los momentos difíciles es posible, si no salir indemnes de estas crisis, por lo menos sí disminuir sus efectos negativos. Creemos que lo fundamental es que, si actuamos y consideramos en primer lugar el beneficio de la colectividad, a la larga esto redundará sin duda alguna en la calidad de vida de cada persona.
Si tenemos que extraer algún aspecto positivo tanto de la crisis sanitaria que estamos sufriendo estos días, como de las dificultades económicas que es muy previsible que suframos cuando acabe la primera, esperamos que sea el aprendizaje a todos los niveles (local, comarcal, provincial, autonómico y nacional) de que juntos y colaborando entre todos es más fácil salir de las situaciones complicadas que nos ha tocado vivir, minimizando los daños
Este reportaje ha sido posible gracias a la colaboración de: José Cuesta Cuesta (Repuebla), Rafael López Marcos (Repuebla), Santiago San Esteban Urbelz (Alta Sierra Pelendona) y Salomón Ortega (Repuebla).