Es difícil establecer con exactitud cuántos muertos ocasionó la represión franquista en España. Sin embargo, el paso del tiempo y la apertura de diversos archivos es su mayoría militares, han permitido que los historiadores hayan conseguido calcular una cifra de las víctimas. Entre 1936 y 1943 hubo 150.000 víctimas mortales en campos de concentración, cárceles y actos de represalia.
Tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 miles de personas fueron fusiladas. Se las llevaban de sus casas, en carros o vehículos de la benemérita para el paseo, les asesinaban a sangre fría y después metían sus cuerpos en fosas comunes. Las víctimas eran definidas como personas o individuos “no afectos”, refiriéndose a aquellos que mostraron militancia o compromiso con el Frente Popular. Así como los que mantenían conductas no religiosas o fueran librepensadores.
En Castilla y León se han documentado un total de 680 fosas comunes. La mayoría de éstas, debido a que el territorio castellano-leonés quedó bajo el control de los sublevados, responden a la violencia represiva desatada por los militares, falangistas, requetés, albiñanistas y guardia civil. Dentro de ese total, 119 pertenecen a la provincia de Burgos, entre la que se encuentra la fosa común de Picón de Valdeabejas, en Rabanera del Pinar. Se localizó y exhumó en 2009 por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y se hallaron los restos de cinco personas, entre ellos los del huertaño Pascual Alonso Neila.
Pascual fue afiliado de la UGT y estuvo detenido durante la Guerra Civil en el penal de Salas de los Infantes. Al día siguiente de ser excarcelado, el 27 de septiembre de 1936, cuando tenía tan solo 20 años de edad, fue fusilado junto a otras cuatro personas en el pinar de Picón. Sus cuerpos terminaron en Valdeabejas y hasta 73 años después no han sido encontrados. Desde su localización los restos han permanecido en el Laboratorio de la Unidad Docente de Medicina de la Universidad del País Vasco de San Sebastían. La identificación de Pascual fue gracias a los análisis genéticos realizados por la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica (CRMH).
Tras muchos años de espera, lucha e incertidumbre, el viernes 3 de mayo, la Coordinadora Provincial por la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos entregó los restos recuperados a los familiares. Los vecinos de Huerta de Arriba acompañaron a la familia y seres queridos en un acto sencillo de despedida, los restos fueron trasladados y reinhumados en el cementerio de la localidad.