Las danzas del paloteo, escenificadas cada año en San Leonardo de Yagüe, se recuperaron hace 90 años, ya que, al igual que en otros lugares, estuvieron a punto de perderse definitivamente a principios del siglo XX. El esfuerzo y tesón de un grupo de vecinos hizo posible el mantenimiento de este rito. Entre ellos se encontraba Antonio Ayuso, denominado El Purea, quien ha sido danzante y director del grupo, y fue el último en morir, ya casi centenario.
El actual grupo de danzantes, y tras las últimas incorporaciones, ha quedado asentado asentado en estos últimos años. Durante estas últimas jornadas han ensayado los pasos y movimientos de un baile que no por más conocido, bajo la dirección de Ildefonso De Miguel. Los danzantes realizan sus representaciones el jueves 2 y el viernes 3 de febrero, a partir de las 13 horas, y tras la ceremonia eucarística en la iglesia.
Quienes interpretan las danzas son los encargados de llevar las imágenes de Las Candelas y San Blas durante parte del recorrido de la procesión, van ataviados al vermouth programado por el Ayuntamiento, y participan en el Café de San Blas junto con otras asociaciones y grupos de la localidad.
“No hay ningún cambio en el grupo, y funcionan muy bien”, comenta el alcalde de San Leonardo, Jesús Elvira, quien mantiene emotivos recuerdos de su tiempo como danzante durante varios años.
Las fiestas de invierno están marcadas por la tradición. Los actos combinan danzas, procesiones, la comedia, el Café de San Blas, Los Capones y las verbenas musicales en El Sotanillo, este año los días 2, 3 y 4 de febrero.
Teatro con La Candelaria
El grupo de teatro La Candelaria recoge en San Leonardo la tradición de representar la popular comedia en la población y durante estas fechas de invierno. La formación, dirigida por Gerardo Blanco, ponen este año en escena ‘Usted puede ser un asesino’ de Alfonso Paso, en tres sesiones, durante los días: miércoles 1, jueves 2 y sábado 4 de febrero. El primer día a las 22 horas y los otros dos a las 19,30 horas.
La Candelaria ha optado este año por una comedia estrenada en 1958. En la obra, Margarita y Brigitte son dos amigas que se van de vacaciones dejando al frente del hogar a sus respectivos maridos Simón y Enrique. Sin embargo, éstos deciden contratar los servicios de dos prostitutas. Sus planes se ven alterados al aparecer el cadáver de Dupont. La policía sostiene que fue envenenado accidentalmente. Sus esposas son entonces detenidas. Al regresar a casa descubren otro cadáver, el de la anciana que se oponía al noviazgo de su sobrina Noemí, la vecina, con Julio. Cuando los protagonistas deducen que la cicuta estaba realmente destinada a la mujer mayor irrumpe Julio amenazando sus vidas.