Para descubrir el origen de la caza nos tenemos que ir a los orígenes del ser humano, donde nuestros antepasados ya fabricaban lanzas consiguiendo así los primeros pasos evolutivos para el hombre. Se cazaban grandes y pequeños animales, cuya carne se convertía en el sustento principal de su dieta, para ello los investigadores están de acuerdo en que existía un grado de organización social, planificando una estrategia de forma colectiva para así saber como debían atacar al animal. Esto implicó una capacidad de comunicación verbal entre seres humanos que hasta entonces carecían.
Estudios de Estados Unidos afirman que sin la caza habría sido muy difícil conseguir la carne en aquella época; además, se elaboraban lanzas de manera muy cuidada ya que se iba a unos lugares para conseguir la materia prima, a otro sitio para tallarlas y otro donde transportaban la caza.
Y es que el hombre desde sus orígenes ha aprovechado lo que la naturaleza le ha ofrecido para su supervivencia; los animales servían no solo de alimento, si no también de abrigo, incluso de instrumentos.
Con la aparición de la cría del ganado, la caza dejó de ser una actividad de subsistencia fundamental, pero que a día de hoy se mantiene como una actividad deportiva y que sirve también para llevar un control de la población animal. También sirve de alimento para aquellas personas que disfrutan de la gastronomía y que consideran que los animales de caza son parte de ella.
No se puede negar que es un motor económico muy importante y que mucha gente vive de ello. Además, el 87% del territorio nacional es territorio cinegético, del cual Castilla y León tiene la mayor dimensión. Los cazadores aportan diferentes gastos tanto a la zona como a las entidades públicas; las propias cacerías, el gasto del transporte, alojamiento, armerías, munición, gastos en el cuidado de los animales como es el caso de los que tienen perros, comida, bebida, ropa, licencias de caza y armas, seguros, etc.
Balance de la temporada
La Reserva Regional de la Sierra de la Demanda cuenta con casi 75.000 hectáreas que junto a la de Urbión en Soria, es una de las más grandes de todo el territorio nacional; además engloba un total de 26 pueblos.
Frente a ésta Reserva existe un director técnico que es el encargado de elaborar el plan técnico anual, la memoria anual de actividades y, en general, la gestión y dirección de los aprovechamientos cinegéticos, actividades, obras y trabajos que se efectúan en la Reserva Regional de caza.
Con la temporada de caza terminada en esta Reserva que adelanta su finalización respecto a los cotos privados; se hace balance de este año aún sin datos definitivos pero que en conclusión lo ven como uno de los mejores de los últimos años en los que más han podido disfrutar los cazadores de la zona en cuanto a cacerías colectivas (batidas de jabalí, jabalí-cierva y mixtas de jabalí y ciervo).
Gracias a los buenos números de caza en jabalíes, se ha convertido en el tercer mejor resultado de este siglo con aproximadamente 550 ejemplares, cuando la media suele estar alrededor de los 357. Este año la Reserva se ha visto favorecida gracias a la gran producción de bellota y micológica del pasado otoño.
Los ciervos vuelven a tener una población positiva, recuperándose de los episodios de sarna vividos entre los años 2013 y 2015. Completaron con éxito más del 90% de los permisos de caza a rececho durante los meses de septiembre y octubre.
Por otro lado, esta temporada el corzo sigue viviendo una crisis demográfica tras más de 5 temporadas. Uno de los factores que explican esta situación es la aparición de la moscarda del corzo, una miasis provocada por Cephenemya stimulata. Esta disminución de la población se ha visto reflejada en los recechos de la pasada primavera y donde los cazadores ya tienen puesta un ojo en la temporada de este año.
Los datos definitivos de esta temporada estarán disponibles a partir del 31 de marzo, pero ya se está planificando la temporada 2020/2021, cuya subasta pública de permisos organizada por los propietarios se celebrará el próximo 7 de marzo de 2020 en Fresneda de la Sierra.
Nueva Ley de Caza
Tras una de las grandes polémicas en 2019, ahora la Junta de Castilla y León está en el desarrollo de una nueva ley para la próxima temporada en la que se pretende aprobar la caza menor con menos de 10 centímetros de nieve y la mayor con menos de 4o centímetros; algo con lo que no todos los cazadores están de acuerdo ya que los animales tienen menos opción de escapatoria.
Actualmente la Junta de Castilla y León está estudiando las 162 alegaciones presentadas al anteproyecto de ley y decidir en el proceso de revisión si se incorporan al texto normativo. Las alegaciones han sido presentadas por asociaciones de caza, grupos ecologistas y conservacionistas y también la Federación de Montañismo y deportes de escalara así como numerosos ayuntamientos entre otros.
La tramitación de esta nueva ley finalizará al revisarse en la Comisión de Secretarios generales y con su posterior aprobación por el Consejo de Gobierno, para su remisión a las Cortes de Castilla y León con el fin de su tramitación como Proyecto de Ley.
Negocios
Es evidente que gracias a la caza se reciben ingresos económicos importantes a la zona, este año se sitúan aproximadamente próximos a los 300.00 euros, a lo que hay que sumar otros 60.000 euros que proceden de los puestos de paloma ubicados en la Reserva Regional, la cual ha tenido un mal año debido a la escasez y la entrada tardía de la paloma torcaz.
Durante el invierno, sobre todo en los municipios más pequeños de la Reserva Regional de la Sierra de la Demanda, los hosteleros reconocen que gracias a la caza es una manera de sobrellevar los meses de invierno en los que son muy pocos los vecinos que quedan en el pueblo y es una manera más así de poder subsistir con sus negocios.
Gracias a los cazadores, durante estos meses se dan comidas, cenas o incluso alojamiento para aquellos que vienen de fuera. Una manera para los negocios de aliviar los bajos ingresos durante estos meses que son especialmente desfavorables respecto a los meses de verano que reciben la visita de un mayor grupo de personas tanto de vecinos que vuelven esos meses como del turismo que atrae las Lagunas de Neila o las rutas de senderismo.
Un ejemplo de ello son los establecimientos hosteleros de Huerta de Arriba, Huerta de Abajo, Neila y Pineda de la Sierra entre otros; que durante los meses de caza reciben la visita de numerosos cazadores .
Generalmente se reciben muchas visitas año tras año durante las fechas de permisos cinegéticos, especialmente los relacionados con los recechos de ciervos y corzos donde la mayoría de titulares de permisos proceden del País Vasco y de Navarra y en algunos casos mantienen las reservas de un año para otro.
Las cacerías colectivas tienen una mayor incidencia en la restauración que en el alojamiento, debido a que la mayoría de los cazadores de estas cuadrillas proceden de la propia provincia o de otras cercanas, por lo que se desplazan hasta su domicilio en el mismo día que la jornada de caza, pero que también dejan dinero con las consumiciones que se realizan.
Otro tipo de negocios que se benefician a nivel general en todos los sitios es el de los veterinarios, que en época de batidas reciben numerosas visitas para comprobar las muestras de las piezas y asegurarse así de que no tienen la triquina, una enfermedad que a veces encuentra entre la carne de jabalí.