Estamos ante un yacimiento “singular” que muestra el hábitat del mundo rural no romano. Muestra a la perfección como vivían los poblados periféricos al margen de los circuitos romanos de Clunia o incluso del cenobio de San Pedro de Arlanza. Y es que este asentamiento ya funcionaba de manera autónoma. Sus habitantes se dedicaban a la explotación del bosque, a la agricultura, a la ganadería y también producían su propia cerámica y sus utensilios. Estamos ante un yacimiento complejo y muy interesante desde el punto de vista científico.
La investigación llevada a cabo hasta ahora ha permitido saber que el asentamiento estuvo ocupado desde el siglo V hasta el siglo XIII cuando sus moradores se marcharon a Canicosa, Quintanar y Regumiel. El alcalde de Canicosa de la Sierra, Ramiro Ibáñez, cree que los hallazgos encontrados hasta el momento son realmente importantes. En este sentido, todavía tiene que decidir junto a los ediles de Quintanar y Regumiel si se lleva a cabo la que sería séptima campaña de excavaciones en el mes de agosto. “Está por decidir y lo analizaremos observando si las fases de desescalada van bien y podemos organizarlo. Yo soy optimista pero todavía está en el aire, esa es la verdad. Lo cierto es que los descubrimientos hasta el momento han sido muy importantes. Es una excavación que arroja mucho luz sobre nuestros antepasados. Estamos sin duda ante unas excavaciones realmente importantes desde un punto de vista cultural, social, histórico y científico”.
