Las chicas de Vinuesa han quedado terceras en fútbol sala infantil en los Campeonatos Escolares de Castilla y León, disputados el último fin de semana de mayo.
Poco les ha importado jugar en una categoría en las que algunas rivales les sacaban tres años; tampoco ser el equipo con la plantilla más corta, donde las posibilidades de cambios y descansos apenas existían.
No se han asustado al competir contra rivales que provenían de las grandes ciudades de nuestra región, viniendo ellas de la población más pequeña de todas las que en estos días se han dado cita en Salamanca.
El creer en ellas mismas, su empuje, su garra, y el saber jugar como un equipo, les ha llevado a conseguir una meta que otros habrían considerado inalcanzable.
Tenemos que aprender como provincia de la lección que nos han dado esta jóvenes, para quienes la palabra miedo no existe y para quienes el futuro es un escenario de oportunidades.
Un perfecto ejemplo de la importancia que tiene seguir apostando por nuestras zonas rurales, y de cómo la juventud de nuestros pueblos sabe aprovechar las escasas posibilidades que se le ofrecen.
No todo debe ser urbano y para el medio urbano. Nuestros pueblos de montaña todavía existen.
Si esta es la generación que nos ha de suceder, a poco que las ayudemos, el futuro de Soria puede ser bien diferente.
