La 17ª jornada de La Vuelta deparó una jornada de montaña para la historia de la carrera. El pelotón partió de Unquera desbocado, con muchos equipos interesados en irse por delante pronto y el ritmo redujo todo intento de fuga. Pelayo Sánchez y Diego Rubio lo intentaron, y Ander Okamika, Dani Navarro y Óscar Cabedo llegaron a integrarse un grupo cabecero, pero el ritmo de carrera no daba tregua. En la primera hora se recorrieron cerca de 51 kilómetros.
En el primer ascenso a La Collada Llomena, en el kilómetro 80, un grupo de 14 ciclistas con Ángel Madrazo cogió ventaja respecto al pelotón. La nueva escapada hizo camino y por momentos pareció que se consolidaba, pero también quedó neutralizada kilómetros después. Los equipos de los favoritos incrementaron la velocidad e iniciaron una criba que pudieron soportar Navarro y Cabedo.
Los dos escaladores mostraron tener muy buenas sensaciones y aguantaron en el reducido pelotón de favoritos hasta el principio los Lagos de Covandoga. Pasado el primer kilómetro y medio ambos cedieron e iniciaron un ascenso conjunto para coronar al borde del top-20, siendo Navarro el 21º y Cabedo el 22º.
Dani Navarro reconoció el descubrimiento de La Collada Llomena para él y la describió como “dura, muy dura y sobre todo al ritmo al que se iba, aún más dura. El Jumbo Visma ha tirado a bloque y hemos llegado a pie del último puerto con el grupito de los favoritos y de ahí hasta arriba he ido a mi ritmo. Lo de mañana es más duro que hoy y creo que la tónica de cada día es la misma, entonces se irá a tope y estoy seguro de que reventará mucha gente.
Óscar Cabedo esperaba que la de hoy fuera "una etapa de escapada y por eso lo hemos intentado todos. Se ha hecho un corte grande antes del primer puerto en el que estábamos cuatro, Dani, Okamika, Madrazo y yo; y ese era el objetivo, ser multitud en una fuga que pudiera llegar a meta. Hemos tenido la mala suerte de que De La Cruz (UAE Team Emirates) tenía el día inspirado y ha buscado también el ataque de lejos. Se ha metido con nosotros y eso al Jumbo no le valía, por lo que han echado abajo la escapada. Después de eso solo quedaba agarrarse al pelotón y hemos podido aguantar Dani y yo hasta pie de Lagos de Covadonga".
Cabedo narra el final de la etapa: "El ritmo era tan alto que hemos decidido ambos poner nuestro paso y subir los dos en compañía lo más rápido que pudiéramos. Hemos pasado del calor de Córdoba al frío asturiano. Hemos tenido suerte que no se ha salido lloviendo porque ha empezado a llover a mitad de etapa. Pero también es verdad que no hace un frío excesivo, estamos en agosto y, aunque la lluvia es molesta y no es lo ideal, tampoco hace un frío glaciar” comentó.
La Vuelta continua en la montaña asturiana e imprime aún más dureza en menos kilómetros en el 18º parcial. El pelotón saldrá de Salas y durante más de 162 kilómetros recorrerá dos puertos de primera y uno de segunda antes de concluir en el Altu d’el Gamoniteiru, subida también inédita en La Vuelta con tramos del 16% de pendiente.