Las mujeres del 1500, aldea de Astérix de España Atletismo. El único de nuestros tríos de mediofondo que alcanzó al completo las semifinales (no sucedía desde Atenas 2024: Natalia Rodríguez, Nuria Fernández e Iris Fuentes-Pila). Marta Pérez por vía directa, Esther Guerrero y Águeda Marqués superando el incómodo trámite de la repesca. Estas dos coincidían en la primera de las dos carreras que daban acceso a la final del sábado (20:15), para lo cual había que entrar entre las seis primeras de cada una de ellas. De las doce milleras (incluida la todopoderosa Fayth Kipyegon, plusmarquista mundial y ganadora del oro en los dos últimos Juegos), Marqués (4:01.60 en la ronda inicial) era una de las cuatro que nunca había bajado de los cuatro minutos (9ª personal best de la final, igual que por marca de la temporada). Esther se situaba 8ª atendiendo a esos parámetros.
Números, inservibles en la mayoría de los casos, como demostró el desenlace, 100 metros no aptos para corazones sensibles en los que las nuestras se jugaron el pase en un sprint fratricida después de una carrera (lenta al principio, desatada a falta de una vuelta, 3:58.64 de Kipyegon para vencer) en la que estuvieron tácticamente impecables. Águeda estará en la final (6ª, 4:01.90, segunda marca de su vida) mientras Esther se quedó a un par de uñas (7ª, 4:01.94). Magistrales las dos, con la segoviana rompiendo la maldición de la repesca: única de las que la disputaron que gozará de la gran cita. Lo que es el atletismo: Esther contribuyó a que Águeda lograra en el Nacional la mínima de competitividad que le permitió acudir a París.
Y más cosas que tiene nuestro deporte, el más bello (que nunca falte una buena dosis de subjetividad). Sigan leyendo. Marta salía en busca de su segunda final consecutiva encuadrada en la última semi. Su mejor registro de siempre, conquistado en Tokio 2021 (4:00.12), era el 9º de las 13 protagonistas, mientras que el mejor crono del curso (4:03.46) se situaba 12º en la lista de salida. De nuevo dígitos sin alma, fácilmente combatibles por un espíritu dispuesto. Seguro que la soriana tendrá sensaciones encontradas esta noche, pero la discípula de Antonio Serrano volvió a hacer magia en los Juegos.
No pasó, pero a cambio reventó un récord de España que iba para 19 años (Natalia Rodríguez, 3:59.51). Cruzó la meta 8ª y puso a su nombre unos fabulosos 3:57.75 (sexta marca europea de 2024). Brillantes las tres, demostrando que lo de no poner el foco en ellas a la altura de ellos en los grandes campeonatos es un error que muchos deberían hacerse mirar. Por cierto, la marca de Marta fue la segunda mejor de las que no acceden a la final después de los 3:57.31 (récord polaco) de Weronika Lizakowska (el tiempo más rápido de la historia que no consigue la final, remplazando los 4:02.12 de Tokio; Ken Nakamura dixit), lo que significa que deberá calentar junto a las 12 que lograron el pase y, en caso de que dos no saliesen, debería vestirse de corto.