El Burgos CF se enfrenta a una delicada situación económica que amenaza su gesta deportiva. La plantilla ha denunciado los impagos de manera formal a través de la AFE y la entidad -una SAD- debe solventar sus problemas a contrarreloj si quiere consumar su salto a la Liga de Fútbol Profesional.
Poco ha durado en Burgos la tremenda alegría por el ascenso deportivo. El club se enfrenta a una situación económica crítica para sus accionistas, que se aferran a los ingresos previstos para el próximo ejercicio para salvar la situación, aunque el plazo para cumplir con la AFE y los futbolistas no deja mucho margen.
Los jugadores del Burgos CF han presentado una denuncia formal contra el club a través de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) por el impago de varias nóminas y parte de las primas conseguidas por objetivos. La plantilla ha tomado esta medida para asegurarse el cobro de sus salarios, ya que les queda todavía por recibir las cantidades correspondientes a abril, mayo y junio, así como las primas por ascender a la Segunda B Pro (Primera RFEF) y a Segunda División.
Los jugadores enviaron un comunicado el pasado 7 de mayo quejándose de esta situación y confiando en que se resolviera cuanto antes. En vista de que el asunto continúa enquistado, han decidido ir un paso más allá y presentar la denuncia. Ya debían haber cobrado el mes de abril y la prima por ascender a la Pro, que ronda los 300.000 euros, y les preocupa que tampoco reciban sus sueldos que les quedan por cobrar, ya que su contrato incluye junio. Tampoco hay que olvidarse del incentivo por ascender a Segunda División, el cual supera el millón de euros neto entre todos.
