Villalba aglutina de una forma ejemplar los valores de trabajo y humildad de la plantilla, siendo desde hace tiempo el capitán en la cancha de juego, en un papel que deberá asumir de manera aún más destacada ante la retirada de Manuel Salvador.
No es de extrañar que la progresión de Villalba como jugador vaya de la mano con el crecimiento del equipo celeste en las últimas temporadas a las órdenes de Alberto Toribio, pues es un jugador que se ha impregnado de las señas de identidad del equipo, liderando tanto en la cancha como en el vestuario. Y la última campaña, que es ya inolvidable por el gran papel realizado tanto en la Superliga como en la competición europea, es un buen ejemplo de ello, volviendo a situar a Soria entre los mejores conjuntos de nuestro país. Este curso, además, Villalba tuvo que sobreponerse a varios problemas físicos en tiempo record, a base de sacrificio y trabajo, para seguir contribuyendo en el grupo.
La confianza de la afición celeste, del cuerpo técnico y de todo el club celeste en Pepe Villalba es incuestionable, por su serenidad en cancha, regularidad y seguridad, irrupción en momentos clave y su carácter. Más si cabe después de los números del jugador en este curso, siendo uno de los mejores nacionales de la competición en su demarcación, que le han llevado a estar jugando en estos momentos la European Golden League con la selección española de José Luis Moltó.
En cuanto al curso pasado, en Superliga, Pepe Villalba jugó nada menos que 30 encuentros, 110 sets, en los que logró anotar 325 puntos, casi 30 más que la temporada pasada. Todo ello sin olvidar su excelente aportación tanto en defensa como en recepción, donde es uno de los jugadores fundamentales del plantel y que, a buen seguro, seguirá ofreciendo el próximo curso un rendimiento de garantías.