El alcalde Carlos Martínez ha querido, en nombre de los vecinos y vecinas de Soria, realizar un reconocimiento a los deportistas olímpicos Dani Mateo y Marta Pérez una vez que han regresado de Tokio tras su brillante participación. El alcalde ha agradecido la inyección de moral que ha supuesto la competición de ambos atletas en un momento especialmente complicado por la crisis sanitaria y sus consecuencias. “El mundo del deporte siempre nos reporta grandes satisfacciones. Dani y Marta nos han hecho volver a vivir unas Olimpiadas a lo grande y hemos querido incluir este reconocimiento en la Junta de Gobierno y entregarles como obsequio la réplica del escudo más antiguo de la ciudad que se encuentra en la campana de la iglesia de la Mayor”, ha resumido, queriendo insistir en que “son un modelo de humildad, honestidad y sacrificio con el que la sociedad soriana se identifica”.
Por su parte, los dos deportistas han aprovechado la ocasión para agradecer a toda la población de la ciudad y provincia su apoyo y han insistido en que “nos hemos sentido animados, apoyados, reconocidos… de verdad que ha sido impresionante notar el cariño de los sorianos y sorianas”. Dani Mateo ha explicado que “aunque el día a día y el trabajo es duro, este apoyo que sentimos es esencial y de verdad nos hace falta y nos ayuda. También quiero agradecer ese respaldo que tenemos a través del CAEP y el Ayuntamiento y que hace que puedas centrarte en entrenar y competir”.
Marta Pérez, por su parte, ha insistido en el reconocimiento de sus paisanos, “en esta ciudad nos seguís siempre y es verdad que hemos notado esa ilusión en la calle con nuestras carreras. Los Juegos han sido extraños, pero hemos sentido el calor y cariño de la gente que nos lo han hecho llegar de muchas formas. Jamás me había sentido así. He intentado pasarlo bien, hacer bien mi competición y ha sido fundamental esas fuerzas extras”. La atleta, que entrena actualmente fuera de Soria, aunque alterna estancias en la provincia, ha querido insistir en sus raíces y vínculos y ha recordado su trabajo con Ramón Zapata en sus inicios además de añadir que “desde que he llegado me paran por la calle para felicitarme, en Valonsadero, en el río…”.
