Las lluvias abundantes de estas semanas de atrás y una buena temperatura adelantan lo que ya está arrancando como, una fructífera primavera micológica en los montes de la comarca pinariega.
En algunos pueblos, y en las praderas, ya han fructificado las primeras setas que suelen aparecer en la temporada de primavera, y una de las más conocidas como delicia gastronómica, es el popular “perretxiko”, que es la calocybe gambosa, sin. Tricholoma georgii, también llamado blanquilla, mansarón, seta fina o la seta de San Jorge, ya que aparece en torno al 23 de abril y se puede prolongar hasta bien entrado el mes de junio.
Las diferentes especies de boletus, - entre los más codiciados-, también abundan. Los hongos de carrasca (Boletus lepidus), más amarillos que los Boletus edulis pero también excelentes en la gastronomía, o el Boletus Pinicola, que se encuentra en las masas forestales, y que alcanzan un gran tamaño.
En las praderas, y entre pinares, abundan los champiñones silvestres, el Agáricus campestris, también conocido con otros nombres que se han hecho comunes como “champiñón silvestre”, “champiñón de prado”, “champiñón de campa”, “camperol”, “solobre”, “sisón”, “guisana”, “urdintxa” y “barren-gorri”. Es un hongo saprófito y excelente comestible cuando es joven o cuando sus láminas aún permanecen en tonos rosados (no es conveniente consumirlos cuando sus láminas oscurecen).
Las colmenillas (Morchella deliciosa), que son conocidas popularmente como manjarrias y cagurrias, y suelen hallarse en zonas de abundantes encinares calizos de los páramos. Son setas que apenas se dejan ver en la comarca pinariega, y han sido abundantes en zonas que se han registrado incendios.
Sin embargo,y pese a la abundancia de setas, desde las asociaciones de propietarios se recuerda que "no se pueden recolectar setas, aunque se hayan autorizado los paseos o la actividad deportiva, ya que la actividad recolectorea de setas es o de ocio o comercial y ninguna de las dos actividades están autorizadas por el monte"
La fructificación de setas silvestres en los primeros meses del año en Castilla y León estuvo condicionada por unas condiciones climatológicas que no han sido las más idóneas para el desencadenamiento de fructificaciones, con elevadas temperaturas y la ausencia de precipitaciones en el mes de febrero, que sí se han registrado en marzo y abril.
