viernes. 22.11.2024
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Luis y María fueron elegidos Remojoneros de esta edición de la Matanza del Cerdo en Salas. Foto de Germán Martínez Rica.

La mañana se presentaba gris pero tranquila. En el corazón de todos los salenses existía el miedo por una lluvia que aguantaba en el cielo. Y es que hoy se celebraba la matanza del cerdo en la ciudad milenaria. Sin duda, uno de los eventos culturales y sociales más importantes para Salas y para toda la comarca.

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Adolfo Martínez Piernavieja preparando la empaca para quemar al animal. 

Así, a primeras horas de la mañana, se fueron acercando más de un centenar de voluntarios para proceder con la preparación del evento. Toca colocar y engalanar las mesas alrededor de la plaza mayor. También era el momento de matar al animal y traerlo hasta allí para proceder a su limpieza y despiece, siempre de la manera más tradicional. Los voluntarios se afanaban por ir preparándolo todo para poder cocinar todos los productos del cerdo. Y es que una vez más se han repartido raciones de morcilla de harina, morcilla de arroz, panceta, careta, costillas y chorizo. Todos ellos de empresas de carácter local.

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A primeras horas, los primeros visitantes podían degustar las pastitas y el orujo. Después, según avanzaba la mañana, los curiosos se iban acercando al lugar para empezar a probar los productos del cerdo. Sobre las doce y media tenía lugar el acto de entrega del reconocimiento al remojonero de este año.

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Un galardón que entregaba la presidenta de la asociación El Remojón y que este año recaía en Luis y María, los antiguos dueños del Bar Luyma, uno de los grandes emblemas en su tiempo de Salas de los Infantes. Los dulzaineros y el grupo de danzas ponían el broche a una jornada bañada por el éxito de una actividad cultural y social que va cogiendo nombre y reconocimiento a nivel provincial, regional y nacional.

 

Salas revive con éxito la matanza del cerdo