A pesar de la pandemia y de sus restricciones y limitaciones, la actividad urbanística no se ha detenido en Barbadillo del Mercado. El pueblo ahora mismo afronta el reto de restaurar la vieja pasarela que hay sobre el río Pedroso, una de las infraestructuras más conocidas y usadas por la gente del pueblo y los veraneantes durante casi sesenta años. Se trata de un puente situado justo en el lugar en el que pasaba la antigua carretera. Una infraestructura que tuvo un gran uso en su momento, pero que ahora está realmente en muy mal estado de conservación debido al paso del tiempo. El objetivo del ayuntamiento de Barbadillo del Mercado es restaurarla de modo que todavía pueda ser útil para ser utilizada de forma peatonal. En este sentido, el ayuntamiento ya se ha puesto manos a la obra. Ahora mismo todavía está pendiente la autorización para comenzar por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero.
En total estamos hablando de una inversión prevista importante que ronda los 20.000 euros. “Lo primero que hay que aclarar es que todavía no se ha licitado la obra porque lógicamente dependemos de ese permiso. También es importante comentar que también interviene Medio Ambiente. He podido hablar con ellos con calma sobre la obra en esta infraestructura y en principio no va a haber el más mínimo problema para poder ejecutarla. Por eso, ahora mismo, estamos esperando que la Confederación Hidrográfica del Duero mueva ficha y nos de por fin la autorización necesaria para poder comenzar a realizar la obra. La verdad es que es una infraestructura importante y nos gustaría verla operativa cuanto antes, comenta el alcalde de la localidad José Sancho Heras.
La primera actuación que necesita la infraestructura es la de retirar la madera de roble. Se cree que esta madera proviene del Soto Valdevacas y que se usó para la construcción y puesta a punto de la pasarela hace más de sesenta años. Es importante tener en cuenta que encima de la madera en la actualidad hay una capa de zahorra natural de unos diez centímetros. La madera de roble la encontramos en los travesaños que tienen una longitud de unos tres metros y medio. Luego hay que tener en cuenta las vigas longitudinales que en este caso están realizadas en acero de IP y que tienen la nada despreciable longitud de 21 metros. Aparte de las vigas y de la madera, el resto de la estructura que compone la pasarela está realizada en piedra. Si que es verdad que hasta hace no demasiados años había unas barandillas de madera que ejercían su labor como protección para evitar caídas. Sin embargo, como es lógico, el tiempo ha ido haciendo su trabajo y se han ido pudriendo. Por eso al final terminaron por caerse solas dejando la pasarela en un estado de abandono total para su uso con seguridad. En el nuevo proyecto de restauración, como es lógico, se mantienen las vigas longitudinales de acero porque todavía pueden resistir con total seguridad durante muchos más años. Así, dentro de este proyecto de restauración, los forjados van a ser de cemento y encima de ese forjado va a haber una capa. Después el objetivo es rellenarlo de hormigón hasta alcanzar la altura del puente. Lógicamente en el proyecto también se van a cambiar las viejas barandillas que antes eran de madera para emplear en este caso otras nuevas realizadas en acero. “Lógicamente estamos muy contentos por poder realizar una obra sobre una infraestructura que ha sido muy importante durante mucho tiempo para los vecinos de Barbadillo y los veraneantes que nos visitan todos los años, sobre todo en verano.
Además de este importante proyecto, el ayuntamiento ha trabajado de forma intensa para cambiar la puerta y las ventanas del bar municipal. Son de PVC porque aíslan más que el aluminio y además cumplen con todos los protocolos de eficiencia energética, explica Sancho Heras.