El buitre negro se extinguió en la provincia de Burgos a mediados del s. XX por las mismas causas que le llevaron a desaparecer de la mayor parte de la Península Ibérica. Desde entonces, no se había constatado ningún intento reproductor en la provincia y aunque en los últimos 10 años las observaciones de ejemplares se habían hecho cada vez más frecuentes, ningún buitre negro había llegado a asentarse en el territorio.
El 22 de mayo de 2020, coincidiendo con el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que se celebra en todo el mundo, la asociación conservacionista GREFA, la Junta
de Castilla y León y el Gobierno de La Rioja anunciaron que dos buitres negros han nacido recientemente en la Sierra de la Demanda y en los próximos días se espera el nacimiento de un tercero en la misma zona. Se trata de un acontecimiento de gran relevancia ya que esta especie, incluida en la categoría de “Vulnerable” en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, no se reproducía en todo el extenso ámbito geográfico del Sistema Ibérico desde hace más de medio siglo. El nacimiento de estos dos
pollos, que ha tenido lugar en el sector burgalés de la Sierra de la Demanda, confirma el éxito de las reintroducciones de buitre negro que se iniciaron en 2017 en el término
municipal de Huerta de Arriba, a iniciativa de GREFA, con la colaboración de la Junta de Castilla y León y el Gobierno de la Rioja. A fecha de hoy varios municipios de ambas comunidades autónomas participan en el proyecto. El trabajo de GREFA destinado a la recuperación del buitre negro se canaliza a través del Proyecto Monachus, bajo cuya cobertura se han liberado en los últimos tres años casi medio centenar de buitres negros en la Sierra de la Demanda, lo que ha permitido que se hayan formado nueve parejas de la especie con posibilidades de reproducirse en la actualidad.
Nada menos que seis de estas parejas, cuyos nidos se distribuyen por dos términos municipales de la provincia de Burgos y uno de La Rioja, han incubado su puesta (que en
el buitre negro está constituida por un único huevo) en 2020, el primer año en el que la especie cría con éxito en la Sierra de la Demanda. La pareja formada por dos buitres negros reintroducidos en 2017, el macho “Acebo” y la hembra “Arca”, ha sido la primera que ha visto nacer su pollo, en concreto el pasado 30 de abril. La segunda pareja que se ha reproducido con éxito está formada por el macho “Arrañón” y la hembra “Barbojeda”, siendo el primero un ejemplar liberado en 2017 y la segunda un ave exógena (no reintroducida, sino procedente de otra colonia) y habiendo nacido su pollo el pasado 14 de mayo. La pareja de la que aún se espera el nacimiento de su pollo es la formada por el macho “Benigno” y la hembra “Canaleja”, ambos ejemplares exógenos. Las tres parejas restantes, aunque iniciaron la incubación, han fracasado, debido a la inexperiencia
propia de las aves jóvenes y primerizas que constituyen la nueva colonia de buitre negro de la Sierra de la Demanda y, posiblemente, a las inclemencias meteorológicas de esta primavera. El hecho de que de las seis parejas que intentaron criar lo hayan conseguido la mitad en el primer año, es un gran éxito y que hayan venido a criar parejas exógenas o se hayan mezclado buitres liberados con otros de otras colonias demuestra que el asentamiento se está consolidando.
Los nidos de los dos pollos ya nacidos están ubicados en pinos albares de la provincia de Burgos, uno en un nido natural y otro en una plataforma artificial instalada por el Proyecto Monachus, con la colaboración de Agentes Medioambientales de Castilla y León especialistas en trabajos de altura, para facilitar la nidificación de la especie. El que queda por nacer se ubica en otra plataforma artificial, también en un pino albar en territorio burgalés.
«Recuperar la población reproductora de una especie amenazada en una zona donde estaba extinguida, como acaba de pasar con el buitre negro en la Sierra de la Demanda, es uno de los mayores logros a los que podemos aspirar quienes nos dedicamos a la recuperación y defensa de la biodiversidad», explica Ernesto Álvarez, presidente de
GREFA.
Muchos de los buitres negros liberados proceden de un buen número de centros de recuperación de fauna, que han cedido al Proyecto Monachus ejemplares rehabilitados
en sus instalaciones tras sufrir alguna lesión o enfermedad, en concreto 32 procedentes de Castilla y León.