Abejar vivirá un Carnaval muy especial este año. El ritual de la tradicional Barrosa, -la mayor seña de identidad de esta localidad-, pasará por primera vez en su historia a celebrarse en sábado y no en la jornada del martes, como venía haciéndose hasta el momento. El motivo no ha sido otro que el que aprieta a todos los pueblos de la comarca de Pinares a replantearse esta misma cuestión con sus fiestas: la despoblación.
Ahora, desde este mismo año, se celebrará el sábado posterior a este martes de Carnaval, es decir pasa de celebrarse el 5 de marzo al 9 de marzo. Así se ha decidido tras un referéndum vinculante que se llevó a cabo el pasado 17 de febrero y en el que participaron 139 personas. Con un rotundo 77% de los votos, 107 personas, apostaron por el sí al cambio de fechas frente a solo 29 votaciones en contra y tres votos en blanco.
Javier Moreno y Marco Serini, de 18 años, son este año los principales protagonistas de esta fiesta. Ellos son madrileños y descendientes de Abejar, ambos por parte de madre. En esta edición tan especial serán los dos barroseros, los que inaugurarán el festejo en sábado, algo que para ellos ha significado una decisión muy positiva “a favor de no perder esta fiesta tan importante para el pueblo y para toda la provincia”.
“Para nosotros es un verdadero orgullo ser barroseros, por dar continuidad a la tradición y por representar a mi familia, ya que tanto Javier como yo somos primos”, señala Marco Serini. “Vivimos en Madrid, pero nos sentimos de Abejar y venimos siempre que podemos, tenemos muchos lazos en este pueblo. Este año dimos el paso adelante para presentarnos como barroseros. El cambio supone un beneficio para todos, sobre todo para el propio pueblo que verá como la fiesta de La Barrosa se hace más multitudinaria. Es un cambio que propicia que esta fiesta sobreviva y siga pasando de generación en generación”.
El papel de Marco y Javier será el de portar a La Barrosa por las calles de la localidad pidiendo por las casas. La Barrosa es un armazón de madera que sirve de soporte de una blanca sábana que lo cubre a modo de faldón. Por los laterales se le engalana con cintas de colores de las que penden cintas de seda también multicolores. Los cuernos (auténticos) son el distintivo más importante. Ambos quintos irán vestidos con trajes blancos con un cinturón o faja, sombrero y polainas de cuero negro.
El acompañante lleva un látigo con el que asusta a los chavales que se encuentran con La Barrosa. Todo lo que se consiga se utilizará en la cena de esa noche, donde se juntan todos los jóvenes y donde se realiza el último de los actos de La Barrosa: se finge darle muerte con unos disparos de fogueo. Es entonces cuando los barroseros se tumban en una tabla, y se les da tres vueltas dentro del salón portados por los mozos. Después llega el momento más esperado cuando se simula que La Barrosa resucita ante la alegría y el aplauso de todos los asistentes.
