La mañana comenzó con la celebración de la misa y la procesión, uno de los momentos más esperados del año para los cerca de 250 hermanos integrantes de esta agrupación. Y es que es en ese instante cuando se saca la imagen del Niño Jesús por las calles de Canicosa de la Sierra y donde durante todo el recorrido, tanto hombres como mujeres, bailan la jota como signo de devoción.
Al grito de “¡Viva el Dulce Nombre de Jesús y viva el Prior!” la música no dejó de sonar mientras bailaron los hermanos cofrades. Al término, la imagen volvió a llevarse a la iglesia para después continuar la celebración con la degustación de pastas y moscatel como dicta la tradición.
En esta edición, el Prior de esta cofradía ha sido Julián Ibáñez Ureta que ha estado acompañado en esta especial fiesta por los Mayordomos Tomás Campo Cuesta y Francisco Peirotén Ureta.