La erosión propia del paso del tiempo, el agua del río Lobos, el hielo y el aire han hecho de las rocas formas caprichosas. El color de la roca caliza y un recorrido de 25 kilómetros deja a quien llega hasta este lugar impresionado con el paisaje. Cuevas, simas, torcas y sumideros dan lugar a que cientos de aves rapaces forjen allí su hogar y con ello, hacen de este enclave uno de los más importantes en cuanto a número y diversidad de especies. Milanos negros, águilas, alimoches, búhos, halcones, buitres… aguardan el día a día de este lugar repleto también de leyendas y magia que cada año recibe 200.000 visitas de turistas. Un enclave que gana estos días, aún más si cabe, en majestuosidad gracias a la magia de la romería que se vive cada 24 de agosto a la que acuden centenares de personas, -muchos de ellos andando-, sobre todo procedentes de los pueblos de los alrededores del Cañón.
Los actos darán comienzo a las 10 horas de la mañana con la misa del peregrino y será a las 12 horas del mediodía cuando tenga lugar la misa mayor y la procesión alrededor de la ermita con las imágenes de San Bartolomé y la Virgen de la Salud. Muchos de los que entran en la ermita besan cada año el manto de la Virgen de la Salud, una costumbre antigua con la que los devotos piden salud para el año próximo, tras encender la oportuna vela. La tarde dará paso a la celebración del Santo rosario a las seis y misa media hora después.
A esta ermita, que formó parte de lo que en su día fue el Monasterio Templario de San Juan de Otero, la envuelven con mimo los farallones y una gran cueva que en la noche de San Juan acoge a quienes se nutren de la energía de este enclave desde donde se sienten las propiedades telúricas que envuelven a este conjunto.
De estilo románico o protogótico su construcción data del siglo XII. La leyenda cuenta que el Apóstol Santiago, montado a caballo, saltó desde lo alto de uno de los farallones que rodean la ermita. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra y la espada cayó al suelo quedando clavada en el lugar exacto donde se encuentra construida la actual ermita de San Bartolomé. Sin duda, un lugar lleno de secretos y misterio.