Aunque no se esperan grandes celebraciones como ocurriese siglos atrás, los vecinos de la ciudad de Burgos siempre guardan un hueco durante el último fin de semana de enero para conmemorar la festividad de San Lesmes Abad, patrón de la capital burgalesa. La fiesta tiene todos los ingredientes que se puede esperar de una ciudad castellana: música, gastronomía, misa y bailes regionales.
Los festejos comenzarán a las nueve de la mañana con los pasacalles amenizados por dulzaineros. Ya a las once de la mañana, las autoridades municipales y diversos grupos de danzas, así como representantes de la ciudad natal del santo francés realizarán un recorrido por las céntricas calles de Burgos hasta llegar a la Iglesia de San Lesmes donde comenzará la misa en honor al patrón a partir de las 11:30 h.
Una vez finalizada la eucaristía se llevará a cabo el reparto de panecillos típicos acompañados bien por un trozo de chorizo o de morcilla; un reparto que finalizará pasadas las dos de la tarde y que se amenizará con las danzas de distintos grupos tradicionales en las inmediaciones de la Plaza de San Juan.
RECONOCIMIENTOS
Esta fiesta de San Lesmes sirve también para reconocer la valía y aportación de distintas personas a la ciudad. Este año se ha distinguido con el honor de ser pregonero a Luis Abril, consultor y ex-director de grandes empresas españolas. Realizará este acto de inauguración a la fiesta de San Lesmes en la tarde del viernes, en un acto en el que la Coral de San Esteban pondrá su música.
Por otra parte, la Federación de Peñas y Sociedades ha querido premiar al artista Cristino Díez. De esta manera, otorgan el 'Báculo de Oro' al famoso escultor de gran parte de las creaciones festivas de la ciudad.
Con motivo de esta festividad tendrá lugar también el concierto de la Banda Ciudad de Burgos a las 19:30 h. del domingo en el Teatro principal. Además, el 30 de enero a las 12 los escolares de varios colegios se concentrarán en la Plaza Mayor para bailar una jota en honor al Santo.
EL PORQUÉ DE SAN LESMES
La figura de este santo data del siglo XI. Se sabe que fue un monje benedictino francés que decidió dejar atrás las riquezas familiares para dedicar su vida a la religión y a la atención médica de los más pobres. Llamado por la corte castellana, se trasladó a Burgos y desde la ciudad se encargó de dirigir su hospital de peregrinos, así como de realizar proyectos de ingeniería relacionados con el cauce de las aguas y su saneamiento. Sus buenos haceres le llevaron a ganarse el respeto de la ciudad y tras su muerte y santificación se decidió nombrarlo el patrón de la ciudad. Lamentablemente, su muerte fue un 30 de enero del año 1097 por lo que, pese a los intentos siglos atrás para que el patrón de la localidad tuviese unas fiestas a su altura, la climatología recia y heladora de estos días de enero se impuso y actualmente la fiesta se reduce prácticamente a una mañana de domingo.
