El próximo 28 de Septiembre, como parte de la celebración del 125 aniversario de su fundación, la Mancomunidad de los 150 Pueblos va a realizar una serie de actividades para dar a conocer el monte de Pinar Grande, programándose entre otras actividades una visita guiada por su superficie forestal. Se ha cursado invitación a la Cabaña Real de Carreteros de Quintanar de la Sierra, para que a través de diferentes exhibiciones den a conocer los diferentes oficios tradicionales del monte, oficios ya perdidos o en desuso desplazados por nuevas tecnologías.
Está previsto que miembros de la CRC tumben con hacho y tronzador de mano varios pinos, para posteriormente ser arrastrados por parejas de vacas serranas. Presenciar el trabajo realizado por las parejas de vacas causa gran admiración, fundamentalmente a aquellas personas que lo ven por primera vez. Pelado de los pinos y corte de troncos serán otras de las actividades a realizar por los carreteros.
LA HISTORIA DE LA MANCOMUNIDAD DE LOS 150 PUEBLOS
La Mancomunidad de los 150 Pueblos de la Tierra de Soria es una entidad supramunicipal que tiene como fin prioritario la administración, conservación y rescate de su patrimonio. Patrimonio que comparte a partes iguales con el Ayuntamiento de Soria.
Es una de las instituciones más antiguas de España, cuyo origen data de los siglos XI y XII como comunidad de Villa y Tierra, para favorecer la repoblación de la Villa de Soria, sus aldeas y pueblos, entregando a sus moradores tierras en propiedad y otras en común aprovechamiento.
Después, hacia el siglo XVII, pasó a denominarse Universidad de la Tierra de Soria, institución que administraba toda la comunidad y coordinaba las relaciones con la Ciudad de Soria y con la Corona; y desde 1898 con la nueva estructura administrativa, Mancomunidad de los 150 Pueblos.
El 28 de Enero de 1984 se aprobaron los Nuevos Estatutos en Asamblea General, por los que se rige actualmente la Mancomunidad. Su patrimonio constituye la superficie forestal más importante de la provincia de Soria: 13 montes catalogados de Utilidad Pública con una superficie cercana a las 30.000 hectáreas.
De sus diversos aprovechamientos, entre los que no son menores el maderero y el micológico, se obtiene el mayor rendimiento económico, según los principios de máxima utilidad general y la colaboración de la satisfacción a las necesidades de los pueblos, mediante el reparto de excedentes de los rendimientos de los bienes.