El Centro Tecnológico de la Asociación de Productores de Piedra de Castilla y León Pinacal Inser ha acogido una misión inversa de empresarios polacos que han mostrado su interés por las 400 variedades de piedra natural y comercial catalogadas de Castilla y León y la adquisición del producto que ofrece la Comunidad. La crisis ha reducido, en diez años, el dinamismo del sector, que se ha contraído en 60 variedades activas.
Los inversores visitaron las areniscas de Quintanar y Palacios de la Sierra, en Burgos, así como el mármol gris, en Castrobarto, también en la provincia burgalesa, y conocieron de primera mano la pizarra y la cuarcita, en Bernardos (Segovia).
Según datos de Pinacal, Castilla y León es un "gran productor" en bruto de muchas variedades de piedra. La mas importante es la pizarra para techar cubiertas, que en León da empleo a unas 2.060 personas directamente, mas otras tantas indirectas en extracción y primera elaboración. Destacan también las areniscas de Burgos, aunque la mas famosa sea la base del patrimonio de Salamanca y existan otras en Soria y Zamora.
Las calizas de Campaspero (Valladolid) y de Boñar (León) han permitido, “con una oferta continua”, atender a mercados no solo locales, sino obras importantes en Madrid y en Cantabria.
Por otro lado, se encuentran las cuarcitas y filitas grises y multicolores de Bernardos, el gneis de Zamora, de tono verdoso muy apreciado, el granito rojo de Sayago… “Son referencias en el panorama de obras de urbanismo y fachadas con gran reputación. Capítulo importante es la talla de escultura de los canteros, ahora muy mecanizada con la robótica y programación”, detallaron fuentes de Pinacal.
A excepción de las pizarras, el resto de la industria de la piedra tiene una ocupación de unos 1.200 trabajadores entre extracción y primera elaboración, a los que se suman marmolistas que despiezan, diseñan y trabajan piedra.
