Hacinas retoma, este mes de junio, las Fiestas en Honor a San Pedro tras dos años sin poder realizarse por causa de la pandemia por COVID-19 y, aunque no son las fiestas grandes del municipio, los habitantes de la localidad esperan con ganas su atracción principal: la enramada.
Se trata de una de las tradiciones más antiguas que se conservan en la comarca de la Sierra de la Demanda, pues viene de las tradiciones primaverales precristianas en las que los mozos demostraban su amor hacia las mozas durante la noche del 28 al 29 de junio cuando enramaban las puertas y balcones de las mujeres. También había quienes enramaban a su madre o a otras personas o incluso la iglesia.
Este año, siguiendo con la tradición, se enramará a San Pedro el día 28, pero esta vez no será por parte de los jóvenes sino de todo aquel que quiera acercarse. Tampoco se hará durante la madrugada, sino que se adelanta a las 20 horas para que sea un acto de más fácil asistencia.
Ese día, también se realizará una misa en Honor a San Pedro y, tras la misma, se servirá un vino español en el Ayuntamiento.
Tradicionalmente, eran los jóvenes los que enramaban a San Pedro. Primero quedaban en la cantina y, tras tomar algo, acudían a la enramada durante la madrugada del día 29. Después el ayuntamiento los invitaba a una cántara de vino en el bar. También se solía hacer baile por la tarde para celebrar el patrón del pueblo. Pero debido a que ahora mismo son pocos los jóvenes que hay en el pueblo, cualquiera que lo desee puede acercarse para enramar a San Pedro.
Hacinas lucha por no perder una de sus tradiciones más añejas, año tras año se sigue llevan a cabo la enramada por parte de aquellos que la han vivido desde siempre y así se seguirá haciendo mientras se pueda.