Decía Tucídides, el gran historiador ateniense, que la historia es un incesante volver a empezar. Tal vez por eso, por la sana curiosidad por saber qué ocurrió en el pasado, Vicente de Domingo Martínez saborea con intensidad la historia que tiene que ver con su vida y con la de su pueblo, Barbadillo del Mercado. Vicente vio la luz un 13 de febrero de 1954 en la histórica casa del mayorazgo de Don Pedro de las Eras. Éste insigne personaje había roto en 1593 con la antigua tradición al repartir su herencia entre todos sus hijos y no sólo al más mayor.
EMIGRA A BASAURI
Al cumplir año y medio, sus padres Vicente de Domingo García y Victorina Martínez de las Heras emigran a Basauri, en el País Vasco. “Viví una infancia y una adolescencia muy felices. Gracias a una beca tuve la oportunidad de estudiar en las Universidades Laborales. Hay que decir que en aquella época el hijo de un obrero podía llegar a ser ingeniero superior sin costarle un céntimo a sus padres. Yo cursé Oficialía en la Universidad Laboral de Tarragona en una época que recuerdo con mucho cariñó, amor y cierta nostalgia. Después regresé y comencé mi vida laboral como electricista, profesión a la que le he dedicado toda mi vida”, explica Vicente.
PASIÓN POR LA HISTORIA
Vicente de Domingo ama la historia como quien ama a una madre, de forma incondicional y apasionada. Todo surge un día en el que decide consultar Internet para buscar información sobre la ermita de San Juan de Barbadillo del Mercado. “Muchos datos no me cuadraban en absoluto. Sobre todo los relacionados con las fechas de construcción. Yo conservaba una diapositiva en la que se podía ver con claridad que el ábside había sido modificado en el año 941. Un dato que estaba escrito en la piedra en la que se podían apreciar con mucha claridad la X y el 9. Por eso comencé a investigar y a leer sobre todo lo que tenía relación con la época visigoda en Hispania. Así es como llegué a un artículo en el que se aseguraba que el gran caudillo militar Almanzor había arrasado Barbadillo del Mercado y lógicamente la ermita de San Juan. Supuestamente había sido el año 994 en el que el gran estratega militar arrasó Clunia haciéndose también con el control de la estratégica Plaza de San Esteban de Gormaz. Sin embargo, según mis investigaciones, los pro hombres de Barbadillo salen a su encuentro y le piden el “aman” o rendición sin resistencia o enfrentamiento. Se dice que así Almanzor tuvo honra porque venció sin tener ninguna pérdida en contra. IBN Darray lo deja incluso escrito en un poema laudatorio. Lo que está claro es que esa fecha es muy posterior a la de la propia piedra. Significa por tanto que no pudo destruir la ermita en aquella incursión contra los cristianos”, matiza Vicente de Domingo.
LAS JOYAS DE BARBADILLO
“Lo que está muy claro es que gracias al la lucha del alcalde de Barbadillo José Antonio Sancho y a su empeño por investigar y documentar la ermita de San Juan, está siendo restaurada y se va a poder conservar para también ser visitada. Porque, bajo mi punto de vista, Barbadillo del Mercado tiene tres grandes joyas. La ermita y la fuente y puente romanos. Tres monumentos de enorme interés que ayudan a entender la evolución de Barbadillo del Mercado a través de los tiempos, finaliza Vicente.